Rafael Álvarez ‘El Brujo’ vuelve a Rambleta para estrenar en Valencia su “asignatura pendiente”, un nuevo espectáculo que reúne los mejores versos de su vida en las tablas: ‘Mi vida en el arte’. Una obra en la que el centro y la periferia, la motivación y la justificación, el punto de partida y el objetivo final solo son “versos, versos, versos y más versos”.
“Esta es la asignatura pendiente de mi “vida en el arte””, señala El Brujo. Evoca el título de la conocida y clásica autobiografía del actor y director de teatro ruso Stanislavski. El actor y dramaturgo cordobés cuenta muchas cosas que le han pasado en el escenario o cómo llegó al teatro, intercaladas con poemas del Siglo de Oro, de Lope de Vega, los místicos, Quevedo, Shakespeare y Cervantes.
“El verso es siempre una asignatura pendiente para cualquier actor que ame realmente el teatro”, apunta. Dijo Nuria Espert en cierta ocasión, que no entendía que una actriz, o un actor, no sintiera de vez en cuando la nostalgia apremiante de hacer teatro. “Yo asumo esta afirmación y añadiría, además: “teatro en verso”. Los textos clásicos revisten el arte escénico de su antigua dignidad y de su magia irrepetible. Y el verso le confiere al actor un magnetismo, y una luz que no puede darle nunca el cine, por más excelente que sea una producción cinematográfica, ni por supuesto la TV”.
El milagro musical del sonido
“El verso rompe el tiempo y se pone al lado del espíritu de fiesta que es siempre el teatro del siglo de oro español”. Para El Brujo no hay forma de imaginar a los grandes autores del Siglo de Oro si no es en verso donde la complejidad del pensamiento barroco se compensa con la sencilla musicalidad popular de los versos. A Valle Inclán le preguntaron que era eso de “el milagro musical del sonido” y señalándose un oído, y después el otro, contestó diciendo: “que por aquí me entra, y por aquí me sale.” No hay forma más graciosa y perspicaz de definir el anonadamiento gozoso que trasmite la poesía, especialmente la del teatro barroco español.
Los días 18, 19 y 20 de octubre, El Brujo volverá a subirse a las tablas de Rambleta a cara desnuda, con su voz, el gesto, el ritmo, la rima y la conexión misteriosa del verso con el elemento sutil del espacio y del aire como únicos recursos, para interpretar una obra brillante con grandes dosis de humor al más puro estilo de Rafael Álvarez ‘El Brujo’.