El proceso de elección del nuevo Papa se pone en marcha tras la muerte de Bergoglio. Ahora empezarán las especulaciones sobre cómo será el perfil del nuevo pontífice o cuáles son los candidatos con más posibilidades.
Los cardenales reunidos en cónclave, bajo llave, decidirán al sucesor del Papa Francisco. Este procedimiento se mantiene desde 1059 cuando el Papa Nicolás II decretó este sistema de elección. Anteriormente eran elegidos por las grandes familias romanas.
Los electores del cónclave tienen que ser menores de 80 años. Los cardenales se desplazarán en los próximos días al recinto del Vaticano y serán encerrados bajo llave en la Capilla Sixtina para evitar cualquier influencia exterior. Pernoctarán en la llamada ‘Casa de Santa Marta’, construida dentro de los muros vaticanos. Mientras dura el cónclave, los participantes tienen prohibido el contacto con el exterior y nadie no autorizado puede hablar con ellos.
Como curiosidad, destacar que los cardenales tienen prohibido presentar su candidatura o hacer propaganda de sí mismos. Los candidatos propuestos pueden votarse a sí mismos. El elegido debe tener una mayoría de dos tercios del colegio cardenalicio. Si ningún candidato consigue esta mayoría, el proceso se puede repetir hasta en tres días consecutivos, dos veces por la mañana y otras dos por la tarde. Después, pueden llegar hasta las 21 votaciones. En el caso de que no haya acuerdo, el proceso vuelve a interrumpirse y se centra en los dos cardenales que hayan obtenido mayor número de votos.