El Ayuntamiento ha activado el Protocolo municipal de comunicación y coordinación en caso de ola de calor en la ciudad de Valencia 2019, que fue aprobado a principios de este mes. Ante la previsión de que se produzca un incremento importante de las temperaturas en los próximos días, desde el Servicio de Sanidad y Salud se insta a la ciudadanía a adoptar medidas de prevención para reducir las posibles afecciones a la salud.

Desde el Servicio de Sanidad se ha diseñado el procedimiento de coordinación con los diferentes servicios y secciones municipales implicados, «con el objetivo de mejorar la información y atención a la ciudadanía, así como dar más efectividad a las actuaciones de la campaña», en palabras del alcalde de València, Joan Ribó.

De hecho, según ha explicado Ribó, «la finalidad última es prevenir los riesgos graves que comporta una exposición prolongada al calor; las administraciones –ha añadido- tenemos la responsabilidad de prevenir los riesgos graves y poner los medios adecuados para paliarlos». Tal como se señala en el texto, «las altas temperaturas pueden provocar situaciones complicadas, especialmente el denominado golpe de calor, que puede llegar incluso a provocar la muerte o secuelas importantes si no es tratado de forma inmediata».

TRES NIVELES DE RIESGO

Se distinguen tres niveles de riesgo, por encima del nivel verde que refleja una situación de normalidad, amarillo (riesgo moderado), naranja (riesgo alto) y rojo (riesgo extremo).

Se estima que existe un nivel moderado de riesgo con un perfil bajo de intervención (nivel amarillo), cuando la temperatura prevista para el día en curso y el día siguiente es igual o superior a 35º e inferior a 39º. Se considera que existe un nivel de riesgo alto (naranja) cuando la temperatura máxima prevista para el día en curso y el día siguiente es igual o superior a 39º y menor de 41º. Y se señala como nivel de riesgo extremo (rojo) cuando la temperatura máxima prevista para el día en curso y el día siguiente es igual o superior a 41º.

CÓMO RECONOCER UN GOLPE DE CALOR

Algunos síntomas que pueden ayudar a reconocer un golpe de calor son, entre otros, una temperatura corporal elevada (39,5º en la boca), tener la piel enrojecida, caliente  y seca (sin sudor), un pulso acelerado y más fuerte de lo normal, dolor de cabeza, náuseas, mareo, somnolencia y sed intensa; y sentir confusión, convulsiones o pérdida de conciencia.

Los grupos poblacionales más vulnerables son la población infantil, personas mayores, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas de base, y las personas en riesgo o situación de exclusión social. Por ello, desde los servicios de Sanidad y Salud se realizan, a lo largo de todo el año, talleres de prevención con la población escolar y con las personas mayores.