Las calles de Valencia se convertirán en una obra de arte con la nueva ruta de esculturas que prepara la ciudad. El Ayuntamiento ha aprobado adjudicar a la Universitat Politècnica de València (UPV) la interpretación artística, realización e instalación de las tres primeras esculturas de la ruta de personajes literarios y cinematográficos de la capital.
Será el reconocido escultor Alfredo Llorens el encargado de llevar al espacio urbano a los personajes de la novela ‘Arroz y Tartana’ (1894), de Vicente Blasco Ibáñez, y del film ‘La gran aventura de Mortadelo y Filemón’ (2003), de Javier Fesser. La previsión es que las citadas obras puedan ser admiradas a partir del año que viene en su contexto original: en la plaza del Mercat y en las inmediaciones de la calle de Dalt, respectivamente.
En su propuesta, Alfredo Llorens representa al niño aragonés tal y como aparece descrito en ‘Arroz y tartana’: ataviado con un traje de pana deslustrado en costuras y rodilleras y el pañuelo anudado a las sienes con una estrecha cinta. Se le añadiría únicamente una manta morellana o similar, usadas de modo parecido en la indumentaria aragonesa, para enriquecer ornamentalmente al personaje.
El calzado aportaría otro guiño a la indumentaria tradicional valenciana, mediante la representación de aquellas típicas ‘espardenyes de veta negra’ que, siempre con los meñiques por fuera, usaban los labriegos valencianos. Se trata de una conmovedora figura de cándida inocencia, en la que el escultor traslada toda la expresividad a un rostro infantil que mira confiado hacia el señuelo de su engaño.
Así serán las esculturas de Mortadelo y Filemón
En el lado opuesto, Doña Manuela, personifica la más absoluta frivolidad. Para su representación, Llorens se remite a la descripción del personaje que da inicio a la citada novela: “envuelto el airoso busto en un abrigo cuyos faldones casi llegaban al borde de la falda, cuidadosamente enguantada, con el limosnero al puño y velado el rostro por la tenue blonda de la mantilla”, si bien prescindiendo de la mantilla para poder lucir el rostro de la protagonista.
Frente a la adaptación cinematográfica, se apuesta por dotar a la escultura de un rostro propio, basado en los retratos de damas que pueblan la escultura del siglo XIX, con reminiscencias prerrafaelistas e incluso clásicas, imprimiéndole unos rasgos mediterráneos, propios de una matrona romana o de una heroína de tragedia griega.
Por último, Llorens plantea para el grupo escultórico de Mortadelo y Filemón una situación ficticia, una escena que, evitando ser una mera copia en 3D de un fotograma, pueda recoger los aspectos más generales de la película y del carácter de los protagonistas, interpretados por los actores Benito Pocino y Pepe Viyuela.
Aunque en el film es Filemón quien usa su célebre ‘zapatófono’, en la composición es Mortadelo quien lo emplea, quedando así al descubierto los seis dedos del pie que identifican a Filemón como hijo del tirano Calimero. Mientras Mortadelo parece contar al Súper que la situación está controlada, un maltrecho Filemón se apoya en él, con el pelo alborotado y con el rostro y el pecho ennegrecidos por una explosión. Este último sujeta en su mano el Santo Grial, tal y como aparece en la película, en forma de un trofeo barato, tomado de la estantería del malvado Calimero.
Alfredo Llorens
Doctor en Arte, Alfredo Llorens es profesor en el Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de València, compaginando la docencia con su desempeño como escultor profesional. A nivel laboral, ha ejercido durante dos décadas como escultor para la marca Lladró, diseñando y realizando alrededor de un centenar de referencias.
Es autor, asimismo, de obras figurativas monumentales en bronce como el Monumento al arquitecto Rafael Guastavino, en la plaza de la Reina de València; el Monumento a la Música, en La Vall d’Uixó (Castellón); o el Monumento al historiador Nicolau Primitiu, en Massarrojos (Pobles del Nord). Por último, ha realizado colaboraciones esporádicas como escultor en fallas de la sección especial, así como en el campo de la conservación y la restauración escultórica.
















