La ciudad de Valencia vive hoy una de sus jornadas más emotivas y multitudinarias con la celebración del tradicional Besamanos público a la Virgen de los Desamparados, patrona de los valencianos. Desde las 6:30 de la mañana, la Basílica de la Mare de Déu ha abierto sus puertas para recibir a miles de devotos que, uno a uno, se acercan a venerar a la imagen procesional de la Virgen.
Este acto, que se celebra cada mes de mayo, coincide con las fiestas en honor a la Geperudeta y reúne a fieles de todas las edades y procedencias. Este año como novedad, y para facilitar la asistencia de quienes desean acudir antes de iniciar su jornada laboral, se ha adelantado media hora la apertura del templo.
La organización del evento que viene realizándose desde 2003 y que el año pasado batió récord de asistencia con 35.000 fieles, cuenta con la colaboración de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, la Corte de Honor, los Eixidors del Trasllat y la concejalía de Fiestas y Tradiciones del Ayuntamiento de Valencia.
Cientos de devotos aguardan durante horas
Desde la tarde del martes, algunos fieles comenzaron a congregarse en la Plaza de la Virgen para asegurarse un lugar preferente en la larga cola que recorre el exterior de la Basílica.
Algunos, como Marisa Rosa Alfaro, han esperado alrededor de 18 horas con sillas, comida y mantas para ser los primeros en saludar a la imagen Peregrina. A las 8 de la mañana ya se contabilizaban más de 600 personas en la fila, una muestra de la profunda devoción que despierta la Mare de Déu.
Para gestionar el flujo de asistentes, se han dispuesto vallas en zigzag en la plaza y dos accesos diferenciados: uno general por las Puertas de Bronce y otro adaptado para personas con movilidad reducida, niños pequeños y carritos.
Además, el dispositivo cuenta con servicio de ambulancia, Cruz Roja y Policía Local para velar por la seguridad y el bienestar de los presentes.
Una imagen engalanada para la ocasión
Como es costumbre en este acto solemne, la imagen procesional de la Virgen de los Desamparados se ha situado a la altura de los fieles para recoger sus plegarias, peticiones y agradecimientos. Durante la jornada, la imagen original de la Mare de Déu que preside el altar mayor permanecerá girada hacia su camarín, donde tendrá lugar el culto ordinario.
Este año, la Virgen luce un manto azul grisáceo de seda natural, bordado en hilo de oro antiguo, confeccionado por el Gremio de Sastres y Modistas de la Comunitat Valenciana. Entre otros detalles, destaca un collar con una cruz que perteneció a la madre del arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro, y que él mismo ofreció a la Virgen durante su etapa en Valencia (2009-14).
Donativos con fin solidario
Como en ediciones anteriores, los donativos recogidos durante el Besamanos se destinarán a proyectos sociales impulsados por la Basílica. Entre ellos, la Fundación MAIDES, que trabaja por la inserción social de personas con enfermedad mental grave; Villa Teresita, que atiende a mujeres en situación de vulnerabilidad; y Provida Valencia, que apoya a madres en riesgo de exclusión y a sus hijos.
A su vez, se han editado 50.000 estampas de la Virgen para ser distribuidas entre los devotos que se acerquen al templo durante esta jornada que podría prolongarse hasta pasada la medianoche ya que el templo no cerrará sus puertas hasta que pase el último fiel de la cola.












