La fuente de la plaza de la Virgen vuelve a llenarse de espuma la víspera de la Ofrenda. Un acto vandálico que tiene lugar cuando acaban de restaurar el monumento. Hace dos años tuvo lugar un suceso parecido.
El monumento de Manuel Silvestre Montesinos, más conocido como Silvestre de Edeta, está a punto de cumplir medio siglo. Esculturas que se han convertido en un icono turístico para vecinos y visitantes desde su inauguración en 1976.
La fuente ornamental cuenta con un vaso de mármol de forma elíptica irregular de aproximadamente 42 metros de perímetro y un área de 120 metros cuadrados. En el centro y sobre un pedestal se alza recostada una figura masculina que representa el Túria. Esta sostiene en sus manos el cuerno de Amaltea o cuerno de la abundancia, desde donde salen los frutos de la huerta valenciana. A su alrededor existen ocho pedestales sobre los que se encuentran ocho figuras femeninas que representan las ocho acequias. Estas son Benager, Faitanar, Rovella, Favara, Quart, Tormos, Rascanya, Mislata y Mestalla. Todas ellas con nombres de origen árabe. Cada estatua femenina tiene en frente nueve surtidores con chorro tipo lanza orientado verticalmente. Además, el cántaro de cada mujer vierte agua al vaso de la fuente. El juego de luces está compuesto por 58 proyectores tipo led blanco. Están distribuidos de forma que resalten los elementos principales de la fuente. Ante esta obra de arte, muchos vecinos denuncian que la fuente vuelve a llenarse de espuma.