La mascletà resiste a la lluvia y tiñe Valencia de 'color esperanza'
La Plaza del Ayuntamiento de Valencia teñida de verde durante la mascletà de Hermanos Caballer.

Por segundo día consecutivo, la lluvia ha vuelto a hacer acto de presencia en Valencia sin dar tregua a los falleros, dificultando la plantà de los monumentos que deberán estar listos este fin de semana. Pese a las inclemencias meteorológicas, el Ayuntamiento ha decidido no suspender la mascletà de este viernes, disparada por la pirotecnia Hermanos Caballer en la Catedral de la Pólvora.

Bajo un mar de paraguas, cientos de valencianos y visitantes se han congregado para disfrutar del espectáculo pirotécnico titulado ‘Tots a una veu’. La empresa de Almenara, con casi dos décadas de participación en el ciclo de Fallas, ha regresado con la intención de sorprender al exigente público valenciano.

Su propuesta ha destacado por la fuerza y la valentía, en un claro guiño a la resistencia del pueblo valenciano tras los estragos de la DANA. El disparo ha comenzado con una secuencia de humos verdes, símbolo de esperanza, seguido de tres fases aéreas tradicionales que han dado paso a una estructura de cinco retenciones de fuego terrestre.

A medida que avanzaba el espectáculo, la intensidad ha ido en aumento hasta desembocar en cuatro fases de terremoto y un bombardeo final apoteósico que ha hecho retumbar la plaza.

LA LLUVIA NO DA TREGUA A LAS FALLAS

Esta mascletà supone un respiro tras las suspensiones de la semana pasada, cuando el Ayuntamiento canceló hasta tres disparos debido a la alerta decretada por Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) por lluvias intensas.

Aunque la meteorología sigue sin dar tregua, la decisión de mantener la mascletà de hoy ha sido celebrada por los asistentes, que han soportado la lluvia con tal de disfrutar de la tradición.

Hermanos Caballer, liderada por José Vicente y Jorge Caballer Villacañas, es una empresa con más de 18 años de trayectoria independiente, pero con un legado que se remonta a 1880. Su espíritu innovador y su pasión por la pirotecnia se han reflejado en cada segundo de esta mascletà, que ha demostrado, una vez más, que ni la lluvia puede apagar la pasión fallera.