Esta mañana se ha confirmado el hallazgo del cuerpo que podría corresponder a la víctima número 223 de la DANA. Los restos han sido encontrados en Paiporta por operarios que trabajaban en tareas de limpieza en una zona afectada por la riada. Las autoridades continúan con las labores de identificación, pero todo apunta a que se trata de un hombre desaparecido durante las inundaciones.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha sido la encargada de asegurar la zona tras el descubrimiento, en espera de que la Guardia Civil realizara las diligencias necesarias. Según las primeras investigaciones, el lugar donde se ha localizado el cadáver, próximo a un polígono industrial y habilitado como vertedero temporal, coincide con las áreas donde se registraron importantes acumulaciones de agua y escombros tras las intensas lluvias.
El hombre, cuya vestimenta coincide con la descripción de Mohamed Belhadi, conocido como Moussa, de 59 años, vivía en condiciones precarias en las cercanías del barranco del Poyo. Según los informes, fue visto por última vez durante las horas críticas de la riada que afectó gravemente a la región.
LA DANA SUMA 223 VÍCTIMAS MORTALES
Con esta localización, el número de fallecidos confirmados por la DANA ascendería a 223, en una tragedia que ha marcado a la Comunidad Valenciana. Las lluvias torrenciales del 29 de octubre provocaron inundaciones severas, daños materiales cuantiosos y un gran número de desapariciones.
A pesar de los esfuerzos de los equipos de rescate, todavía hay cuatro personas cuyo paradero sigue siendo incierto. Entre ellas se encuentran Francisco Ruiz Martínez, desaparecido mientras intentaba salvar a sus nietos en Montserrat. También Elisabet Gil, arrastrada por las aguas junto con su madre en Cheste. Además, sigue desaparecido José Javier Vicent, cuyo rastro se perdió junto a su hija en Pedralba; y Mohamed Belhadi, habitante de Paiporta, conocido por residir en una zona de riesgo junto al barranco.
Las autoridades continuarán con los trabajos de búsqueda y no cesarán en los esfuerzos para localizar a las víctimas restantes. Las familias, por su parte, se mantienen en vilo, esperando respuestas que les permitan cerrar este doloroso capítulo.