Los turistas valencianos que estaban en Marrakech en el momento del terremoto han comenzado a llegar a la ciudad. «Miedo» y «angustia» son las palabras que más han repetido los viajeros que han hablado con los medios sobre su experiencia en la noche del trágico incidente.
«Fue una sensación de que se va a abrir la tierra y te va a tragar. Fue muy angustioso», asegura a EFE María Ramón, de Faura (Valencia), tras tocar tierra en el aeropuerto de Manises a bordo de un vuelo procedente de Marrakech. Explica que tanto ella como su grupo tuvieron suerte porque el momento terremoto se encontraban a las afueras de la ciudad. No fue hasta su regreso a la ciudad cuando fueron conscientes de lo sucedido.
Las mismas palabras se repiten con el resto de pasajeros y es que la gravedad del seísmo ha terminado con la vida de más de dos millares de personas y ha dejado más de 1.300 heridos.
A Alba Valenciano, de Burjassot, el terremoto le pilló en la habitación del hotel. En un primer momento no entendía lo que sucedía hasta que un trabajador le dijo que era un terremoto. Según relata, sintió «pánico» y asegura haber pasado «la peor noche» de su vida. «Sentir que hay una posibilidad muy clara de que me vaya a morir ahora mismo en este momento: nunca había sentido eso».
Según los datos recogidos por el Centro Sismológico Americano, el terremoto tuvo una magnitud de 7,2 grados en la escala Richter. El epicentro se vivió en la localidad de Ighil, a unos 80 kilómetros del suroeste de Marrakech.