Quico Catalán, presidente del Levante UD, ha anunciado su renuncia a la presidencia del club, poniendo fin a una etapa de trece años al frente de la institución. Su partida era algo esperada desde el partido contra el Alavés. Según Catalán, su decisión de renunciar estaba tomada mucho antes de que el Levante ascendiera o descendiera. En su emotivo discurso de despedida, Catalán dijo que su salida se debe a su «responsabilidad» y «agotamiento». Además, la situación en el club se había vuelto insostenible tanto en el aspecto deportivo como en el económico.
Durante los últimos dos años, el Levante ha experimentado pérdidas económicas significativas, ascendiendo a 45 millones de euros, y también ha enfrentado dificultades para equilibrar su presupuesto en la temporada actual en la Segunda División. Estos factores llevaron a Catalán a tomar la decisión de dimitir, aunque antes de poner a la Fundación, principal accionista del club, en una posición para ayudar a superar las dificultades financieras inmediatas. En colaboración con José Dánvila, miembro del actual consejo de administración y vinculado a la banca Rothschild, se ha propuesto un plan de rescate de 15 millones de euros, con la participación de Vicente Boluda, expresidente del Real Madrid y con raíces en el Levante.
QUICO CATALÁN LIDERARÁ EL RESCATE ECONÓMICO
Catalán liderará este esfuerzo de rescate, que otorgará un esfuerzo financiero en el corto plazo, pero la Fundación deberá dar su aprobación final. El Patronato considera esta propuesta como una opción aceptable y fundamental, aunque también está abierta a otras iniciativas. Por lo tanto, se ha abierto un período para recibir propuestas de otros propietarios de acciones hasta el 10 de julio, y posteriormente se llevará a cabo una reunión para decidir su aprobación o rechazo.
Si bien es difícil imaginar otras alternativas en este momento, es posible que José Dánvila se convierta en el nuevo líder del Levante, ya que está vinculado al club desde 2018 y ha mostrado interés en asumir un papel más importante. Durante los últimos días, había rumores sobre la necesidad de un cambio total en el consejo actual, cuyo mandato finaliza en diciembre. Catalán mencionó que la búsqueda de inversores estaba en marcha, pero negó rotundamente la posibilidad de vender el club a inversores extranjeros a través de LaLiga.
Mientras tanto, el Levante se enfrenta a desafíos financieros, incluido el préstamo de la banca Rothschild y la posibilidad de una ampliación de capital en el futuro. El club deberá vender jugadores para equilibrar sus cuentas este año, pero el panorama a mediano plazo aún es incierto. A pesar de los errores admitidos por Catalán en los últimos tres años, su objetivo es gestionar esta transición de manera estable y beneficiosa para el club, brindando un mensaje de equilibrio y estabilidad a través de la Fundación.
