Otoño es la estación del agua por excelencia. Son muchos los episodios de lluvias torrenciales que se viven en estos meses y Valencia no es una excepción. Aunque nunca se ha vuelto a revivir lo sucedido en la riada de 1957, la capital del Turia cada vez afronta precipitaciones de mayor envergadura.
Contar con una buena preparación que evite inundaciones y víctimas mortales es clave para garantizar la seguridad ciudadana. Para ello, desde el Ayuntamiento de Valencia se trabaja en la preparación de las infraestructuras de la ciudad. El objetivo es hacer frente a la llegada de grandes cantidades de agua para evitar una catástrofe como la del 57.
«Estamos realizando todas las tareas preparatorias para que la ciudad pueda responder de la forma más efectiva y eficaz. Que no haya ningún daño ni material ni personal», ha declarado la concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía.
La teniente de alcalde también ha explicado que existen medidas a «medio y largo plazo» para fortalecer Valencia. «Estamos trabajando en inversiones que son estructurales y estratégicas para poder tener mejor capacidad de respuesta y mejor capacidad de gestión de estas lluvias, serán cada vez más frecuentes y sabemos que es uno de los efectos del cambio climático que no va a cambiar ni reducirse«.
EL DEPÓSITO DE TORMENTAS, EL ESPACIO QUE PROTEGE VALENCIA DE LAS INUNDACIONES
El depósito Cabanyal-Eugenia Viñes es una instalación que permite el almacenamiento de las aguas de lluvia para un posterior envío a la depuradora.
El agua de las precipitaciones, sobre todo las primeras gotas que caen, tienen una alta cantidad de contaminación. Por eso, su vertido directo al mar es perjudicial para el ecosistema. Con el fin de evitar esta situación, el depósito de tormentas almacena estos residuos.
El Ayuntamiento de Valencia ha impulsado la realización de seis depósitos más, con un valor de inversión de 55 millones. Sin embargo, todavía se desconoce el lugar donde serán ubicados y cuándo se convertirán en una realidad.
