Los cinco candidatos a presidente del Gobierno participaron ayer en un debate a cinco donde quedó patente la dificultad de las formaciones de llegar a pactos de gobierno tras las próximas elecciones. Esa es la principal conclusión de un debate donde todos los intervinientes insistieron en interpelar a Pedro Sánchez sobre los pactos posteriores al 10 de noviembre. El líder socialista sólo respondió al resto de los candidatos que si no alcanzan acuerdos dejen gobernar a la primera fuerza política.
El debate no convenció a los espectadores que se mostraron menos fieles que las anteriores citas previas al 28 de abril, anteriores comicios generales. El debate a cinco organizado por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión fue seguido en 12 cadenas por 8,6 millones de espectadores con una cuota de pantalla del 52,7 %, lo que supone una audiencia inferior a los del 28A. El debate a cuatro organizado por Antena 3 y La Sexta el pasado 23 de abril fue seguido por un total de 9.477.000 millones de espectadores con una cuota de pantalla del 48,7 %, y el celebrado por RTVE un día antes lo vieron 8,8 millones y tuvo un 43 % de share.
Respecto a los anteriores debates electorales, este fue menos bronco, en el que los mayores rifirrafes no se han dado entre los bloques, sino entre quienes son potenciales aliados entre sí. En este debate Pedro Sánchez se mostró más presidente en funciones que nunca, anunciando compromisos y sin entrar apenas en discusiones con el resto.
Cada candidato con su discurso
El de ayer fue un debate con cada uno de los candidatos centrado en su propio discurso, sobre todo el debutante Santiago Abascal: Siempre que ha tenido oportunidad, el líder de Vox ha apostado por «impugnar» el Estado autonómico y eliminar derechos a los inmigrantes ilegales.
Así, el líder del PP, Pablo Casado, ha interpelado a Sánchez en varias ocasiones, pidiéndole por ejemplo que diga si Cataluña es una nación o si piensa pactar «con Torra, Junqueras y Otegui» para seguir en La Moncloa.
En la misma línea ha lanzado su pregunta Pablo Iglesias. «Hay que ser decente y decir con quién quiere gobernar cada uno», ha dicho el líder de Podemos, quien ha pedido a Sánchez aclarar si llegará a una coalición con el PP. La respuesta no se la ha dado el presidente en funciones sino Pablo Casado, que ha negado esa posibilidad.
Mientras la estrategia del presidente en funciones ha sido la de ir haciendo anuncios y promesas en cada bloque y pisar los menos charcos posibles -excepto cuando ha arremetido contra PP y Cs por ser la «derecha cobarde ante la ultraderecha» y pactar con Vox-, los demás se han enzarzado en más de un encontronazo.
Entre los múltiples objetos que el líder de Cs ha sacado en este debate ha estado una lista de «cesiones» que PP y PSOE han hecho al nacionalismo y Pablo Casado le ha reprochado su actitud: «No se equivoque de adversario», le ha dicho.
Casado ha buscado en cualquier caso mostrarse como la única alternativa a Sánchez y ha tirado, por ejemplo, de la economía para insistir en que las crisis solo llegan con los socialistas y solo las resuelve el PP.
Mientras Sánchez ha insistido en pedir a todos que dejen gobernar al que gane y no bloqueen, Pablo Iglesias ha reiterado su voluntad de «dejar los reproches atrás» y conformar un gobierno con el PSOE tras el 10 de noviembre.