No es ningún secreto que España esconde verdaderas joyas naturales a lo largo y ancho de su geografía. El valor geológico y paisajístico de nuestro país es conocido en todo el mundo, y debemos sacar pecho. No obstante, existen rincones de nuestro territorio desconocidos para gran parte de la población española. ¿Qué os parece si nos acompañáis a descubrir algunos de ellos?
Sierra de Bernia
Esta maravilla de la naturaleza se encuentra entre las comarca valenciana de La Safor y la Marina Baja Alicantina. Pese a contar con numerosos castillos e iglesias de bellísima factura, lo más impresionante de este paraje son sus valores naturales. Aquí podemos encontrarnos con el Parque Natural del Marjal de Pego-Oliva o los valles de Gallinera, Alcalá y Ebó, plantados con cerezos que durante la primavera compiten con el Jerte.
La Manchuela
A caballo entre las provincias de Albacete y Cuenca, esta comarca natural es imperdible para cualquiera que sepa valorar la belleza de un paisaje de interior. Incluye maravillas como la Hoz del Júcar, con pueblos maravillosos como Jorquera o Alcalá. También podemos contemplar en toda su grandeza desde el Mirador del Ensueño la totalidad del Valle del Cabriel. La zona de La Manchuela atesora una sorprendente riqueza patrimonial, con joyas como el Balneario de la Concepción en Villaltoya.
Real Valle de Valderredible
Entre las provincias de Burgos y Palencia, pero en territorio cántabro, podemos encontrar una zona atravesada por el río Ebro y en la que la erosión del agua ha dibujado profundas hoces y cañones. En sus vertientes reclaman fuertemente nuestra atención un gran número de iglesias románicas, rodeadas del vuelo de gran diversidad de aves rapaces. También destacan en la zona algunas impresionantes cascadas como la del Tobazo y bosques como el hayedo de Revelillas.
Tarazona y el Moncayo
En este territorio aragonés históricamente disputado por Navarra y Castilla destaca por encima de todo la apabullante Catedral de Tarazona, principal núcleo de población. También lo es el Monasterio de Veruela, que pronto se convertirá en Parador, y tantas otras joyas mudéjares escondidas en sus pueblecitos. Por no hablar del pico del Moncayo y sus aledaños, donde abundan los circos glaciares y los robledales centenarios.
Valle de Ricote, Murcia
Esta región es probablemente el rincón de la península que más nos aproxima a la cultura de los oasis del norte de África. No hay tal abundancia de palmeras como en Elche u Orihuela, pero el paisaje es mucho más exótico. El agua está en la base de su riqueza y es por ello que la Ruta de las Norias tiene una importancia muy especial. Es una comarca que hay que conocer con los cinco sentidos.