La Conselleria de Vivienda retoma el megaproyecto de Sociópolis tras 15 años inmovilizado. Desde entonces, los pocos vecinos que habitan en esta urbanización abandonada de Valencia denuncian carecer de servicios básicos. Ahora Vivienda se ha comprometido a saldar la deuda histórica con los residentes y prevé empezar a edificar próximamente.
Sociópolis era el ambicioso proyecto de la Generalitat que iba a convertir el barrio de La Torre en el Wall Street de Valencia. Un total de 18 rascacielos iban a emerger como oficinas y viviendas. Además, se prometió una urbanización nueva con centros comerciales, colegios y comercios. Sin embargo, la crisis inmobiliaria de 2008 paralizó la edificación.
15 años después lo que queda son torres aisladas y solares vacíos. «Iban a construir polideportivos y centros comerciales», cuenta uno de los residentes que compró la vivienda justo cuando arrancó el proyecto.
Otra de las vecinas lamenta que adquirió su inmueble hace 10 años esperando disponer de un colegio cerca para sus hijos. Ahora deben desplazarse en coche o a pie hasta La Torre dado que el transporte público no llega a la zona.
Tampoco cuentan con un servicio regular de limpieza. «Solo hay que mirar al lado de las basuras. Está todo sucio», protesta otro de los moradores.
El nuevo Plan Estratégico arrancará este año
La parálisis de Sociópolis le costó caro a la entonces Conselleria de Infraestructuras y Territorio. Tras decenas de sentencias por las demandas de las promotoras, la Conselleria fue sancionada a pagar más de 12 millones de euros en indemnizaciones por incumplimientos.
Ahora, la actual Conselleria de Vivienda se ha comprometido a retomar el megaproyecto este año. Espera contar con fondos europeos y destinar 260 millones de euros para el resurgir de Sociópolis.
Vivienda prevé darle un nuevo uso a la urbanización y levantar cerca 2.600 viviendas en una colaboración público-privada. El objetivo es unificar la urbanización aislada de Sociópolis con el casco antiguo de La Torre. Con la reanudación de las obras, este año podría suponer un punto y final para la eterna espera de los vecinos.