La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha declarado esta semana que el Gobierno liderado por Pedro Sánchez estudiará la implantación de una nueva tasa o impuesto para aquellos que viajan en avión.
La ministra considera que es un «debate interesante» plantear esta medida que ya se aplica en países como Francia con el fin de frenar las emisiones de CO2 y es que, según Ribera el nuevo gravamen solo afectaría a «quienes tienen más recursos» por considerar que sólo es esta parte de la población quien hace uso el medio aéreo.
La propuesta de esta tasa, calificada de «razonable» por la vicepresidenta, ya formaba parte del programa electoral de Más País, el partido liderado por Íñigo Errejón, defiendiendo la subida del IVA de los billetes de avión mediante un impuesto adicional al queroseno de los vuelos peninsulares.
Las aerolíneas cargan contra Ribera
La reacción de las aerolíneas no se ha hecho esperar. Javier Gándara, presidente de ALA (Asociación de Líneas Aéreas) considera que esta medida perjudicaría al sector ya que «más del 80% de los viajeros llegan por esa vía» por lo que una subida de los precios podría reducir el turismo, una de las mayores fuentes de ingresos en España.
Además, Gándara ha negado que el avión sea actualmente un «transporte de ricos» al declarar que dicho medio «está totalmente democratizado» y es utilizado «por gente de todo tipo y condición».
Desde ALA consideran que de existir esta tasa debería ser «a nivel global o en todo caso de la Unión Europea» para así evitar que desaparezcan «las ventajas turísticas de España». «Es un problema global y las medidas deben ser globales. Si sólo se impone en España el problema no se solucionará, sólo dejarán de volar aquellos con menos recursos, nuestro país perderá competitividad y el tráfico aéreo seguirá emitiendo el mismo CO2″, ha concluido.