Con una recolecta de 212 millones de kg de uva en la D.O., son las cifras que se han dado a conocer en el informe anual con las características de la cosecha de este 2019 y que ha sido presentado por el Servicio de Certificación de la Denominación de Origen Utiel- Requena.
Una cifra que augura el descenso en un 5% de esta cosecha, con respecto a la vendimia de 2018. Todo ello, en parte, de la reducción en todas las variedades, a excepción del Bobal, la cual ha tenido un aumento del 2%.
En este sentido, el presidente de la DO Utiel- Requena, José Miguel Medina, ha destacado que «con estas cifras, la gran labor de los viticultores, enólogos y bodegueros, estamos seguro que conseguiremos unos vinos excelentes para esta cosecha».
Pero, ¿cuáles han sido las causas de este descenso?
Si analizamos desde el punto de vista del ciclo vegetativo, el mes de abril fue un mes más lluvioso y fresco de lo normal, con lo que provocó una brotación más lenta y con retraso. Y, todo ello, conllevó a que la maduración fuera más lenta, ya que se alargó hasta finales de septiembre.
Una maduración que también se retrasó por la sequedad del verano y porque fue una estación poco calurosa. Por ello, las bodegas, en general, retrasaron su vendimia de uvas tintas hacia las últimas semanas de septiembre. En este sentido, la vendimia se fue alargando hasta mediados y finales del mes de octubre en las zonas más altas.
Una climatología que, en su mayoría, ha sido lluviosa para 2019. Con una media de 433 litros por metro cuadrado, cuando lo normal ronda los 390 l/m2. Unas lluvias que beneficiaron a la brotación, crecimiento y maduración de la propia uva, gracias a su soporte hídrico.
Por último, la sanidad de la uva ha sido positiva, puesto que la cosecha de esta campaña ha entrado en bodega en buen estado fitosanitario.