El Valencia CF mantiene su excelente segunda plaza en la clasificación de LaLiga al regresar a la senda del triunfo después de dos jornadas sin ganar. Este sábado se impuso al RC Celta por 2-1, en un partido muy disputado y emocionante en el que Zaza volvió a ver puerta, en el que Parejo demostró su templanza al marcar el segundo de penalti, en el que supo pelear, luchar y competir ante un buen enemigo y en el que, además, distanció un poco más al Sevilla en la tabla tras su pinchazo en el Bernabéu.

Marcelino García Toral repitió el mismo once que perdió la semana pasada ante el Getafe. Las lesiones han mermado la plantilla y el técnico quiso seguir apostando por estos jugadores en un deseo de ‘revancha’ de lo sucedido en el Coliseum Pérez Muñoz. Y muy pronto quisieron enmendar ese traspiés con un remate al palo de Vezo cuando apenas se llevaban dos minutos de juego. El Celta también probó con Pione Sisto, pero su disparo intencionado salió ligeramente desviado.

Estaba siendo un partido entretenido con dos equipos dispuestos a todo. El Celta no se encerró y el Valencia CF hacía todo lo posible por abrir el marcador. En una acción personal pasado el cuarto de hora de juego, Zaza quiso empezar y acabar en gol, pero su último disparo fue bien visto por Rubén Blanco. De la nada sacó mucho el internacional italiano. Lo mismo sucedió con Carlos Soler, quien corrió 30 metros con el balón y, al final, sólo pudo chutar muy ajustado en otra buena oportunidad blanquinegra.

Eran los mejores minutos de un Valencia CF ambicioso que buscaba el área del Celta con buen fútbol. En una bonita combinación entre Zaza y Gayá el de Pedreguer se acercó al 1-0, aunque el meta envió a córner. La agradable sorpresa llegaba en ese lanzamiento que Zaza, en el primer palo, conectó un cabezazo que se coló como un obús en el marco visitante. Décimo tanto de Simone en LaLiga que lo celebró por todo lo alto. No era para menos, ya que rompió una sequía que duraba desde el 28 de octubre cuando le marcó al Alavés en Mendizorroza. Su octava víctima en esta primera vuelta del campeonato.

Pero lo mejor aún tenía que llegar. Y lo protagonizó el portero del Valencia CF, Neto, quien hizo la parada imposible a un remate de cabeza a bocajarro de Iago Aspas. El brasileño voló y se estiró como un chicle para adivinar la intención del delantero céltico que no se podía creer lo que había ocurrido segundos antes. Todo Mestalla coreó su nombre. Al final, al descanso se llegó con victoria local por 1-0 gracias al instinto de Simone Zaza, que se ha convertido en un depredador del área. Enfrente, un buen Celta que siguió jugando de la misma forma.

La suerte le fue esquiva a los de Marcelino en el arranque de la segunda mitad cuando se pasó una falta no pitada por el árbitro a favor de Montoya, la acción continuó en Pione Sisto, quien centró al área, Maxi Gómez remató ante una nube de piernas y el balón le cayó a los pies de Iago Aspas que sólo tuvo que empujar a la red. Se llevaban poco más de cuarenta y cinco segundos y el partido volvía a comenzar de nuevo.

A partir de ese momento el encuentro fue eléctrico, trepidante. Valencia CF y Celta se lanzaron a tumba abierta a por el triunfo y el balón pasaba de un lado a otro en segundos. En el minuto 58 llegó otra jugada muy protestada por Mestalla, ya que no pitó penalti por derribo a Zaza, pero sí que le mostró tarjeta amarilla por sus protestas que, además, propicia que se pierda la próxima visita a Ipurúa. Dos malas noticias seguidas.

Al filo de la hora de juego, Nacho Gil entró por Carlos Soler. Marcelino quiso más verticalidad por banda y metió al joven extremo. Y poco después a un ex céltico, Santi Mina, por Rodrigo. Aire fresco para el ataque. Lo intentó, pero el Celta no daba espacios, ni huecos. Montoya, en el minuto 78, lo intentó desde fuera y se topó con el meta.

Con la emoción a flor de piel, Pablo Hernández derribó a Nacho Gil y Munuera Montero señaló pena máxima. Corría el minuto 79 y Parejo decidió coger el balón y asumir la responsabilidad. Chutó con fuerza, Rubén Blanco adivinó el lanzamiento pero no pudo impedir el 2-1. Tercer tanto en LaLiga del capitán que lo festejó con la grada y el resto de sus compañeros. Y es que estaba costando mucho superar a un buen rival.

Nadie se movía de Mestalla. El Valencia CF quería certificar su victoria y el Celta empatar. Era un fútbol de poder a poder con un buen equipo de Mestalla que peleaba por cada balón como si fuera el último. Y, al final, triunfo de los de Marcelino por un apretado 2-1 que le mantienen en el segundo puesto de LaLiga y que tiene mucho valor dado el rival que estaba enfrente que nunca bajó los brazos.