El Valencia CF parece que le ha cogido el gusto a las goleadas, se posiciona en el segundo puesto de la Liga tras ganar al Sevilla FC por 4 goles a 0, su quinta victoria consecutiva que confirma el buen inicio de temporada. Gonçalo Guedes firma dos goles propios de dibujos animados que provoca el éxtasis de la afición
Según la crónica de la página del Valencia Cf, Marcelino ha conseguido sacar partido del equipo che. El equipo valencianista salió dispuesto a mandar desde el primer minuto, asfixiando al Sevilla FC en su campo, con un juego eléctrico cuando el balón llegaba a Guedes o Carlos Soler por las bandas, y calculador desde atrás. Poco a poco iban acumulándose las llegadas al área rival, solo contrarrestados por tímidos lanzamientos lejanos del conjunto visitante, lo único que faltó era acertar en el remate. Primero fue Carlos Soler el que casi sorprende a Sergio Rico con un lanzamiento que fue envenenándose al segundo palo, luego Zaza intentó el gol con un remate forzado que se perdió cerca del poste, Sergio Rico blocó el centro de Gayà cuando Guedes ya se imaginaba marcando, Rodrigo se vio obligado a rematar de forma acrobática un centro de Carlos Soler tras dejar sentado en una baldosa a su marcador… Al Valencia CF solo se le podía parar con faltas, pero a veces ni así. No llegaba el gol, pero solo era una cuestión de tiempo. Y así fue.
A veces el fútbol te da exquisiteces y cuando el protagonista es un jugador de tu equipo, la felicidad inunda tu corazón. Era el minuto 42 de partido cuando Guedes recibe el balón, se sube a su moto para llegar al borde del área, y ahí comenzaron los dibujos animados. Recorta con el balón pegado a su bota para dejar sentado a su rival, hizo una finta para dejar atrás a otro, es imposible detectar por dónde va a salir por su exquisito manejo del balón con las dos piernas, y luego frota su botín para enviar el balón a la escuadra. ¡Quien no haya visto su gol, que lo busque! ¡Madre mía! ¡Qué golazo! Explotó de alegría Mestalla, al ver que se había hecho justicia a los méritos de unos y otros.
Ambición es una de las palabras que más se repite en el vestuario y no es algo que se diga de cara a la galería, se refuerza con los hechos. Porque a pesar de ir ganando a un rival de la zona alta, el Valencia CF salió tras el descanso con la misma idea. ¿La única diferencia? Que no hizo falta esperar mucho para celebrar otro gol, ya que en el minuto 50, Zaza estiró su estado de gloria con un remate con la zurda muy ajustado al segundo palo que desesperó al meta Sergio Rico. Ya son cinco las jornadas seguidas en las marca el delantero italiano. Nadie podía ponerle un pero a un equipo que se está instalando en un estado de felicidad cada vez que sale a jugar a fútbol. Cuando uno disfruta con lo que hace rinde mejor y ese es el estado actual en el que se ha instalado el Valencia CF. Y siempre quiere más.
Viendo al equipo, que después de un gol busca el segundo, y luego no baja los brazos para intentar el tercero es una situación digna de elogiar. Porque tras el gol de Zaza, Rodrigo estuvo cerca de aprovechar el regalo de Guedes, pero esta vez Sergio Rico sí que se estiró para repeler el potente lanzamiento. Pero la fiesta no había acabado aún y Santi Mina, que reemplazó a Zaza, también quería su golito que logró para gozo de la parroquia valencianista. Y esta situación refleja muy claramente que el Valencia CF le ha dado licencia para soñar a su afición. ¿Por qué no? Con Guedes y el resto del equipo… todo es posible. Su exquisita picadita para cerrar el marcador con el 4-0 fue, sin duda, auténtico caviar.