Valencia quiere recuperar los restos de la plaza del Ayuntamiento de antes de 1961, de la popularmente conocida como ‘Tortada’ de Goerlich. El consistorio asume el reto para poner en valor el patrimonio histórico municipal. José Luis Moreno, concejal delegado de Acción Cultural, ha resaltado que “permitirá a las nuevas generaciones de valencianos conocer cómo era la actual plaza del Ayuntamiento hace casi un siglo”.


No se descarta que durante los trabajos aparezcan nuevos hallazgos o se confirmen los detectados en el entorno de las Torres de Serrans y Quart, la Iglesia de San Pascual Baylón y en el monumento a Sorolla de la plaza de la Armada Espanyola.
Las piezas procedentes del desmontaje de la ‘Tortada’ en 1961 fueron enumeradas y retiradas con la intención de una futura reutilización de sus elementos más significativos. De hecho, en la ciudad de Valencia perduran la antigua fuente central en el Pla de la Saïdia, junto al busto de Concha Piquer. También un pequeño jardín, una basa y parte de una columna en un enclave de l’Olivereta. Así como cinco columnas completas del desaparecido mercado de flores, en el entorno del monumento als Maulets de la avenida del Regne de Valencia.
El arquitecto municipal Francisco Javier Goerlich redactó a partir de 1927 el proyecto de la plaza sobre plataforma elevada y el mercado de flores subterráneo. La reforma se ejecutó entre 1931 y 1933, durante el gobierno de la Segunda República. La nueva plaza, inaugurada el 28 de enero de 1933, coincidiendo con la construcción del edificio de Correos. También ampliaron la Casa Consistorial, en la que se incorporaron elementos neobarrocos y neorrenacentistas, una tipología de elementos utilizada posteriormente en el nuevo diseño de la plaza.
En el año 1961, el entonces alcalde Adolfo Rincón de Arellano decidió demoler la ‘Tortada’, argumentando su escasa funcionalidad, su inadecuación a las necesidades que demandaba el auge de la fiesta fallera y de la industria automovilística.








