El Valencia CF fue capaz de romper, y de qué forma más espectacular, la racha de tres empates consecutivos al golear al Málaga por 5-0, en un encuentro en el que los blanquinegros aprovecharon ocho minutos mágicos de Simone Zaza, del 54 al 62, para certificar un muy buen triunfo ante un rival que aguantó menos de una hora la efectividad de los locales. Son tres puntos importantes para seguir creciendo y, además, Mestalla no ha recibido ningún gol en contra en los tres primeros partidos de Liga.
Después de un buen arranque de los de Mestalla, con victoria ante la UD Las Palmas y tres buenos empates ante el Real Madrid y Levante UD a domicilio, y Atlético de Madrid como local, el Valencia CF necesitaba sumar de tres en tres para confirmar todo lo bueno que se le está viendo sobre el terreno de juego. Equipo compacto, solidario, luchador, que no baja nunca los brazos y que juega de tú a tú ante todos sus enemigos. Pero le faltaba dar el paso al frente y cambiar esa dinámica de igualadas consecutivas.
En una semana muy cargada de tres partidos muy exigentes, Marcelino echó mano esta tarde a su libreta e instinto de entrenador para mover piezas y dar aire a la plantilla. Hizo cuatro cambios con respecto al último encuentro, el derbi ante el Levante UD, al incluir a Gabriel Paulista por Garay y Lato por Gayà en defensa, a Guedes por Andreas Pereira en el centro del campo y a Zaza por Rodrigo en punta de ataque. La idea del técnico es tener ‘enchufados’ a todos los jugadores de la plantilla y que todos se sientan protagonistas en el Valencia CF.
Los primeros compases fueron de búsqueda del control del partido entre dos equipos que querían asegurar los pases y evitar regalos al rival. En el minuto 16 una jugada de Carlos Soler por banda derecha con centro medido al área fue cabeceada con mucha habilidad por Santi Mina para hacer el 1-0. El delantero se metió entre los centrales y pilló a contrapié al meta Roberto. Primer tanto del gallego en Liga. Era el mejor inicio posible y, además, Neto, en su línea, evitó el empate poco después en un remate de Rolan que pegó en la espalda de Gabriel y que el brasileño rectificó con mucha seguridad para enviar a córner.
Al filo de la media hora una preciosa y precisa rápida combinación entre Guedes, Montoya y Carlos Soler acabó con centro del canterano y Zaza no pudo definir, sobre todo, porque el meta le agarró desde el suelo cuando el ‘9’ trataba de marcar el segundo de la noche. Lo vio todo Mestalla, pero no el colegiado que pitó saque de esquina ante la amarga queja del italiano que le hacía claros gestos de la falta del portero visitante.
El Málaga no se arrugó en ningún momento y, de nuevo, Neto estuvo soberbio a disparo a bocajarro de Mula. El Valencia CF buscaba la sentencia y su enemigo el empate. Casi al filo del descanso un empujón de Luis Hernández a Zaza cuando controló un balón tampoco encontró la respuesta de Álvarez Izquierdo que dejó seguir el juego. No era un duelo fácil para los blanquinegros que mantuvieron su marco imbatido hasta que el colegiado pitó el final de la primera mitad.
En la segunda mitad el Valencia CF quiso certificar el choque y Guedes, desde fuera, del área probó las manos de Roberto. Y eso sucedió en el minuto 54 cuando Carlos Soler, al más puro estilo de un extremo, se la puso en el segundo palo a Zaza para lograr el 2-0 ante el delirio de la grada y la explosión de júbilo del internacional transalpino. Poco después repitió con un cabezazo en plancha para hacer el 3-0 y sin tiempo para aplaudir más hizo el 4-0, un ‘hat-trick’ en su cuenta particular al robar un balón y definir con mucha clase ante Roberto. Ocho minutos de furia italiana y tres goles, cada uno de un estilo diferente.
Con todo a favor, Marcelino dio descanso a su potente medular formada por Kondogbia y Parejo y, de ese modo, tenerlos ‘frescos’ de cara a la próxima batalla del domingo en Anoeta. Por el contrario, al Málaga se le hizo eterno el tramo final, mientras que el Valencia CF se divertía sobre el césped.
Andreas Pereira y Rodrigo se acercaron al gol, pero Roberto evitó el descalabro. Mestalla era una fiesta y la comunión entre la grada y el equipo es máxima. Pero no hay quinto malo y Rodrigo, que salió muy motivado, marcó el quinto tras un taconazo de Guedes. Gran final a una noche inolvidable en el que el Valencia CF demuestra que cada partido es más competitivo (5-0).