El Ayuntamiento de Valencia ha dado hoy luz verde a la ordenanza que regula la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Se trata de un paso importante para mejorar la calidad del aire en la ciudad y reducir la contaminación provocada por los vehículos más antiguos. Según ha explicado el concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Jesús Carbonell, la implantación será progresiva para no obligar a los vecinos con menos recursos a cambiar de coche y garantizar que la medida sea justa y accesible.
La normativa entrará en vigor el 1 de diciembre de 2025, aunque sus efectos inmediatos solo alcanzarán a los vehículos matriculados fuera de la provincia de Valencia que tengan etiqueta A. Es decir, turismos de gasolina matriculados antes de 2001 y vehículos diésel anteriores a 2006.
Mientras tanto, los residentes de la ciudad podrán circular con normalidad hasta el 1 de enero de 2028. En esa fecha, la prohibición se extenderá a todos los vehículos con distintivo ambiental A, incluidos los de los propios vecinos.
Carbonell ha subrayado que esta implantación progresiva responde a la voluntad del Ayuntamiento de proteger los intereses económicos y sociales de la ciudad. Aún así asegura que se evitará en todo momento que los grupos con menos recursos se vean obligados a adquirir un vehículo nuevo de manera inmediata.
De hecho, para quienes no puedan adaptar su coche antes de 2028, el consistorio ofrecerá un título de transporte urbano gratuito durante todo un año y la posibilidad de realizar 48 accesos puntuales al año a la ZBE.
La ordenanza contempla también excepciones específicas: quedan exentos los vehículos vinculados a la actividad económica de autónomos y empresas, los utilizados por personas con movilidad reducida, familias numerosas, familias con menores de tres años y mujeres embarazadas. Asimismo, los vehículos de emergencias, servicios esenciales y los considerados históricos tendrán un número limitado de accesos anuales para garantizar su movilidad.
278 cámaras para controlar el cumplimiento de la normativa
Para controlar el cumplimiento de la ZBE, la ciudad contará con 278 cámaras. Además de un sistema informático capaz de identificar y discriminar las matrículas según su distintivo ambiental. También, se instalarán 44 paneles informativos en puntos estratégicos de la ciudad para facilitar la orientación de los conductores y reforzar la campaña de comunicación que el Ayuntamiento lanzará para informar a la ciudadanía sobre el funcionamiento de la normativa.
El área afectada por la ZBE abarca 27,8 kilómetros cuadrados, prácticamente toda la ciudad, delimitada por la Ronda Nord, Tarongers, Serradora y Bulevard Sud. Actualmente, solo un 8% de los vehículos censados en Valencia se verá afectado por la normativa. Esta cifra permite una adaptación gradual a la medida antes de su aplicación total en 2028.
Con esta ordenanza, Valencia da un paso firme hacia la movilidad sostenible. La ciudad prepara así el terreno para una circulación más limpia y responsable, combinando restricciones graduales con alternativas de transporte público accesible.
