La tasa turística de Valencia vuelve a estar en el punto de mira de la política. Dos años han pasado desde que Podemos presentase la propuesta en Les Corts Valencianes y solo unos meses desde que el PSPV propusiese una medida similar para las fiestas falleras. El debate no cesa y la capital del Turia sigue posicionada a su favor.
Desde el Ayuntamiento aseguran que esa ayuda sería doble. La tasa afrontaría los costes de los servicios que el consistorio presta a los turistas en materia de movilidad, seguridad o limpieza. Además, sería un mecanismo para controlar los apartamentos turísticos de la ciudad.
Sin embargo, existen discrepancias sobre su aplicación. Mientras unos partidos abogan por una tasa fija, otros como Compromís piden flexibilidad para adaptarla en función del municipio. A pesar de ello todos coinciden en una cosa: la tasa ayudará a crear un turismo más responsable y sostenible.
Los primeros estudios auguran una recaudación autonómica de 40 a 48 millones de euros anuales, cantidad que duplicaría el presupuesto que la Generalitat destina cada año al turismo. Su aplicación sería sencilla: pagar un importe por persona y noche hasta un máximo de siete pernoctaciones pero con excepciones. Los menores de 16 años y los viajeros del Imserso quedarían excluidos.
Mallorca, Barcelona, Amsterdam o Roma son algunas de las ciudades europeas que ya cuentan con esta tasa turística. Valencia ya ha movido ficha y ahora es la Generalitat la que deberá pronunciarse al respecto y decidir si crear este tributo o mantener el sistema turístico tal y como está.