Tras unos meses donde la Covid-19 dejó de ser protagonista, estas últimas semanas se ha presentado un repunte de casos que han hecho saltar las alarmas. Tal es así, que la Comisión de Salud Pública junto al Ministerio de Sanidad han decidido actualizar los criterios de la próxima campaña de vacunación frente a la gripe y el coronavirus adelantándola a finales del mes de septiembre a nivel nacional aunque en la Comunitat Valenciana arrancará el 16 de octubre.

Las administraciones van a intentar llegar a una pauta de vacunación en COVID y gripe del 75% en mayores, personal sanitario y sociosanitarios y superar el 60% en embarazadas y personas en condición de riesgo.

Este año hay dos novedades entre la población de riesgo frente a la gripe. Por un lado, se ha incluido por primera vez a los niños de 6 a 59 meses que estén sanos y no únicamente a los mayores de 60 años. Para los pequeños de 2 a 5 años se usará una vacuna atenuada intranasal frente a la gripe. Esta ofrece mayor protección frente a la infección por virus de la gripe, es más fácil de suministrar y menos agresiva al evitar el pinchazo.

Además, se ha incorporado a los fumadores como nuevo grupo de riesgo que debería vacunarse contra la gripe este año. Los expertos señalan que estas personas tienen un mayor riesgo de complicaciones derivadas por esta enfermedad, motivo por el que se ha decidido incluirles en el grupo de personas que deberían vacunarse.

¿Quién debe vacunarse frente a la gripe y el coronavirus?

Se recomienda la administración de vacunación frente a gripe y COVID-19 en la temporada 2023- 2024 a los siguientes grupos de población:

  • Por el mayor riesgo de complicaciones o cuadros graves en caso de padecer estas infecciones:
    • Personas de 60 años o más.
    • Personas de 5 años o más internas en centros de discapacidad y residencias de mayores, así
      como otras personas institucionalizadas de manera prolongada y residentes en instituciones
      cerradas.
    • Personas menores de 60 años de edad con las siguientes condiciones de riesgo:
      • Diabetes mellitus y síndrome de Cushing.
      • Obesidad mórbida (índice de masa corporal ≥40 en adultos, ≥35 en adolescentes o ≥3 DS en la infancia).
      • Enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, incluyendo
        displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.
      • Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico.
      • Hemoglobinopatías y anemias o hemofilia, otros trastornos de la coagulación y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples.
      • Asplenia o disfunción esplénica grave.
      • Enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico.
      • Enfermedades neuromusculares graves.
      • Inmunosupresión (incluyendo las inmunodeficiencias primarias y la originada por la
        infección por VIH o por fármacos , así como en los receptores de trasplantes1
        y déficit de complemento).
      • Cáncer y hemopatías malignas.
      • Fístula de líquido cefalorraquídeo e implante coclear o en espera del mismo.
      • Enfermedad celíaca.
      • Enfermedad inflamatoria crónica.
      • Trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down,
        demencias y otras.
      • Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio (hasta los 6 meses tras el parto y que no se hayan vacunado durante el embarazo).
      • Personas convivientes con aquellas que tienen alto grado de inmunosupresión: en general se refiere a trasplantadas de progenitores hematopoyéticos, trasplantadas de órgano sólido, insuficiencia renal crónica, infección por VIH con bajo recuento de CD4 (<200 cel/ml), algunas inmunodeficiencias primarias y aquellas sometidas a ciertas terapias inmunosupresoras.
      • También se podrán incluir convivientes de personas con otras enfermedades de mayor riesgo y mayores, definidos en los subapartados 1 y 3.
  • Para reducir el impacto y el mantenimiento de servicios críticos y esenciales a la comunidad:
    • Personal de centros y establecimientos sanitarios y sociosanitarios públicos y privados (tanto sanitarios como no sanitarios).
    • Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en los siguientes subgrupos:
      • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local, así como las Fuerzas Armadas.
      • Bomberos.
      • Servicios de protección civil.

¿A quiénes se recomienda la vacuna de la gripe?

Además de los anteriores, se recomienda la vacunación frente a gripe a:

  1. Población infantil entre 6-59 meses de edad.
  2. Personas de 5 a 59 años de edad que presentan un mayor riesgo de complicaciones derivadas de la gripe:
    • Personas de 5-18 años de edad que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
    • Personas fumadoras.
    • Estudiantes en prácticas en centros sanitarios y sociosanitarios.
    • Personas con exposición laboral directa a animales o a sus secreciones en granjas o
      explotaciones avícolas, porcinas o de visones o a fauna silvestre (aves, jabalíes o mustélidos), como ganaderos, veterinarios, trabajadores de granjas, cazadores, ornitólogos, agentes de medioambiente, personal de zoológicos, etc.

¿La vacuna de la gripe tiene efectos secundarios en los más pequeños?

El doctor Josep Mut, jefe de Pediatría del Hospital de Denia, ha hablado sobre los efectos de la vacuna de la gripe en niños señalando que «son vacunas en general bien toleradas, con pocos efectos secundarios. Lo más frecuente es un poco de dolor con un pequeño eritema en el sitio del pinchazo, y puede haber también alguna décima de fiebre o malestar, pero son efectos transitorios y, por supuesto, no se dan en todos los pacientes».

«Las reacciones locales oscilan entre el 5 y el 20% de los casos y la fiebre en menores de dos años se detecta entre el 5,5 y el 14% de los pacientes, lo que significa que la mayoría de los niños no llegan a tener efectos secundarios«, ha explicado el doctor Jorge Cavero.

Por otra parte, desde Pediatría del Hospital Ribera han señalado que el deber de los facultativos es ayudar a prevenir enfermedades y la vacunación de las patologías infecciosas es uno de los mayores logros del sistema sanitario.