Un empresario catalán, Raúl Castañeda, deja en un restaurante de Marbella más de 4.000 euros de propina para los camareros. Un gesto generado tras las críticas de un cliente a quien pidieron una propina tras cenar en el local.
Tras la queja viral de un ticket del local quejándose de que le habían pedido propina a pesar de gastar en la cena 4.098 euros, de los que 372 correspondían al servicio en mesa.