David Hasselhoff, Jason Momoa o Pamela Anderson son los icónicos vigilantes de la playa si se piensa en socorrismo y salvamento. Sin embargo, lejos de esa ficción televisiva en la que se corría por la orilla a cámara lenta está la realidad de las costas en verano. Miles de bañistas llenan las playas y su seguridad y bienestar son las claves del día a día de los equipos de Cruz Roja.

‘Valencia en Abierto’ ha querido conocer de primera mano cómo es una jornada al pie del cañón del litoral valenciano, o más bien al pie de la arena y es que los vigilantes de la playa pasan horas salvaguardando lo que pasa en cada orilla del Mediterráneo.

Juan Ruiz, jefe de playas de Cruz Roja en Valencia, es una de las personas que trabaja en la Malvarrosa y que coordina el dispositivo de seguridad. Ruiz reconoce que el día a día no es «tan idílico» a como se presenta en televisión. «Cuesta un poco prepararlo para que esté todo operativo ya que cuando empezamos a trabajar hay que estar lo antes posible en la torre», explica.

«El dispositivo de la playa de Malvarrosa y Cabanyal cuenta con 5 torres, 10 socorristas y 2 patrones«, explica. A ello se suman dos ambulancias, una de ellas medicalizada con un médico como si fuera una UCI, un quad, dos motos de agua, un todoterreno y cuatro postas sanitarias. «Lo mas complicado es estar atento a la cantidad de gente. Hay momentos que el vigilante de la torre tiene una tarea muy complicada», reconoce Ruiz.

LOS PELIGROS EN LAS PLAYAS

En cuanto a los consejos cuando se decide ir a la playa, Ruiz comenta que lo más importante antes de adentrarse al agua es mirar la bandera que indica en qué condiciones se encuentra el mar.

En la visita de ‘Valencia en Abierto’ a la Malvarrosa la bandera que ondeaba era de color amarillo por una corriente lateral así que se pedía precaución a los bañistas. «Pese a que hoy es fácil nadar, es una playa con gente de avanzada edad y muchos niños. A veces es mejor pecar un poco de cautos y tener una bandera más acorde a este mar que en otro tipo de lugares», razona Ruiz.

Vigilantes de la playa
Bandera amarilla en la playa de Valencia / Imagen de archivo

Otro de los protagonistas en las playas del Mediterráneo son las medusas y los peces araña. Ramón, médico de Cruz Roja en la playa de la Malvarrosa, nos comenta que estas picaduras son los casos más comunes que atienden junto a los cortes realizados por la fricción de la arena y las chanclas.

La protección solar es otra de las recomendaciones que apuntan como un imprescindible del día de playa. «Hay que usar una protección de 50 y ponerla mínimo de dos horas. La piel tiene memoria y a la larga puede tener consecuencias», destaca Ramón. «Es super importante que en días nublados sepamos que los rayos ultravioleta inciden con bastante fuerza y hay que echarse crema solar», añade Ruiz.

Por último, desde Cruz Roja hacen mención al peligro de los ahogamientos en las playas y la poca concienciación que hay. «El mar no conoce a nadie y hay que saber que para que una persona se ahogue solo se necesitan 5 centímetros de agua«, confiesan los vigilantes de la Malvarrosa.

Playas adaptadas para las personas con diversidad funcional

Al margen de las labores de salvamento y vigilancia, algunas playas como la de la Malvarrosa cuentan con un dispositivo especial para que personas que sufren algún tipo de diversidad funcional también puedan disfrutar de las playas del Mediterráneo.

Yolanda es una de las voluntarias de Cruz Roja que ayuda a que estás personas disfruten en la playa de Valencia. «En este punto ayudamos a la gente con objetos como las sillas anfibias, unas sillas que flotan en el mar para la gente que no puede entrar en el agua por si solo», comenta Yolanda.

Vigilantes de la playa
Mujer sentada en una silla anfibia en una imagen de archivo. / GVA

Además, la playa de la Malvarrosa cuenta con un espacio para que todas las personas con diversidad funcional puedan disfrutar también del ambiente playero. «Hay gente que no puede traer mucho peso, por eso aquí tenemos sillas, mesas y sombrillas para que puedan disfrutar de las playas como todos», indica la voluntaria de Cruz Roja.

Algunas de esas bañistas usuarias son Emilia y Teresa, dos mujeres que disfrutan de este espacio en su día a día y muestran su agradecimiento a las personas que les ayudan a disfrutar del mar. «Desde aquí lo disfruto mucho, el personal es estupendo», confiesa Emilia a lo que Teresa añade que «es una gozada y es de agradecer». Y es que efectivamente, bañarse con esta protección es todo un lujo que se sucede año a año con los vigilantes de las playas de Valencia.