Decenas de turistas se congregan cada jueves frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral de València para conocer el Tribunal de las Aguas, la institución responsable de resolver los conflictos relacionados con el uso del agua para regar los campos de las 8 acequias de la “huerta valenciana”.
Una recomendación de las guías turísticas que, sin embargo, aún se desconoce entre los valencianos.
Hablamos de la institución de justicia más antigua todavía en funcionamiento de todo el continente europeo y desde el 2009 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La teoría más aceptada es que su origen se le puede atribuir a los romanos que conquistaron estas tierras y vieron necesario establecer unas leyes para gestionar el reparto del agua.
A las 12 en punto de cada jueves suenan las campanas de la torre del Micalet y se constituye el tribunal, formado por los 8 representantes de las acequias de los que uno de ellos siempre es nombrado presidente por un tiempo.
Las denuncias de cada acequia se discuten con las mismas reglas y formato que en la Edad Media, aunque también es fundamental la mediación previa para evitar llegar a juicio. Como curiosidad, las penas todavía son impuestas en “sueldos”, en referencia al sueldo diario de un guarda de la acequia.
Pasear por el centro de València cada jueves es encontrarse con la historia de la ciudad gracias al Tribunal de las Aguas.