Toni Gaspar ha pronunciado este jueves su último discurso como presidente de la Diputació de València con la satisfacción de cinco años de mandato en los que ha modernizado una institución “justa y útil, sin clientelismo ni ostentación, en sintonía con toda la sociedad valenciana, tanto la que representa mis valores como la que no, y al servicio de los pueblos valencianos, de su cultura, sus tradiciones, su economía y su futuro”.
Las últimas palabras de Gaspar como presidente no han estado exentas de la reflexión y la crítica constructiva que caracterizan al nuevo diputado en Les Corts, huyendo de la ola pesimista y reaccionaria que está de moda en el ámbito político. “Llevamos más de 200 años caminando con la peligrosa carga de ser exclusivos, de pensar que aquello que no es nuestra España es la anti España, o lo nuestro o la barbarie”, ha expuesto el presidente en funciones, quien por encima de los liderazgos de confrontación y el “desgaste como principio político de cada día” apuesta firmemente por la memoria, la igualdad, el feminismo, la dignidad y la integración como “los principios institucionales que debe promover, proteger y legislar cualquier institución democrática”.
El presidente Gaspar ha agradecido la colaboración de las instituciones valencianas y los medios de comunicación; la lealtad de sus compañeros de partido; la responsabilidad de los socios de gobierno de Compromís; y la proximidad de la Vall ens Uneix, sin rencores ni revanchas. También los momentos puntuales en que la oposición ha formado parte del proyecto institucional, aunque a estos grupos lanza una reflexión: ¿para qué ha servido el tono y la actitud en los temas más relevantes de estos últimos cuatro años?
Por encima de ese debate tenso en ocasiones, Gaspar se ha mostrado muy agradecido por la posibilidad de desarrollar una forma diferente de hacer política que deja un humilde legado en “una institución solidaria que ayuda a los que más lo necesitan cuando más lo necesitan”. Esa política que “escucha más que grita, trata de convencer antes que vencer y de hacer en lugar de derogar”, ha sido posible en buena parte por el trabajo y la implicación del secretario, el interventor, la tesorera y el resto de habilitados nacionales, que defienden “principios como la legalidad y la transparencia que nos han caracterizado”
Toni Gaspar ha extendido los agradecimientos a los integrantes de su equipo y a los más de 1.200 trabajadores de la institución, un reconocimiento sincero que ha personalizado en Victoria, la querida jefa de ordenanzas que acumula 48 años de trabajo al servicio de la Diputación desde la discreción, la dedicación y la entrega. “Ejemplificas el buen hacer que todo presidente y toda institución necesitan para ser mejores”, ha expresado Gaspar como muestra de “la buena gente que me ha acompañado para hacer cosas buenas en estos años en los que hemos tenido la inesperada compañía de una pandemia, la pospandemia, danas, glorias, filomenas, grandes incendios y otros contratiempos inesperados”.
En un pleno extraordinario en el que se han aprobado por unanimidad las cuentas generales del último ejercicio, Toni Gaspar ha puesto fin a 12 años como representante provincial, primero como líder de la oposición, después como diputado de Hacienda y el último lustro como presidente, recordando que “lo que se prevé no suele llegar y lo que acaba pasando no suele estar previsto”, apelando a la justicia social y al nuevo lema de la institución, ‘Per sempre pobles’.
Agradecimiento generalizado
Las palabras de agradecimiento del presidente han sido amplificadas por los portavoces de todos los grupos que han formado parte de la corporación en la legislatura que está a punto de terminar. El primero en destacar el trato recibido y la ayuda de los trabajadores de la institución ha sido el representante de Vox, Joaquín Alés, quien en su primera experiencia política ha puesto en valor la gestión realizada en momentos complejos, caso de la pandemia. En opinión de Alés, lo más importante es que “la Diputación prevalecerá”.
En semejantes términos se ha expresado Jesús Gimeno dando voz a Ciudadanos: “Gracias al personal de la Diputación y a los diputados y diputadas por esa voluntad de trabajar por el municipalismo desde el diálogo y el consenso”. Por su parte, ha defendido “la centralidad con la que hemos tratado de aportar, respetando siempre la divergencia, la diferencia y la diversidad”.
Y también el portavoz de Compromís, Xavier Rius, que se ha remontado ocho años atrás para reivindicar “el trabajo de este equipo de gobierno compartido por encima de colores políticos”. Rius se ha mostrado conciliador con la oposición pese a las discrepancias y, aunque “quedan muchas cosas por hacer y todas ellas posibles”, ha asegurado que la responsabilidad de los trabajadores de la Diputación garantiza que “podría seguir funcionando aunque este hemiciclo se quedara vacío”.
El líder del grupo popular, Vicent Mompó, ha insistido en la exquisitez del trato por encima de las ideas, y ha ido más allá pensando en los retos de la nueva legislatura, en la que repetirá como diputado provincial. “Los alcaldes y alcaldesas sentimos que hay cosas que se pueden mejorar, en especial el tema de la burocracia, y deberíamos plantearnos que la gente entienda mejor lo que hacemos aquí, la tarea tan importante que desempeña esta institución”, ha expuesto el también alcalde de Gavarda.
El turno de las portavocías lo ha cerrado la síndica socialista Pilar Sarrión, quien se ha quedado con la “gestión responsable de la Diputación y los municipios en una legislatura nada fácil marcada por una pandemia y una guerra”. Sarrión ha personalizado su agradecimiento en el presidente Gaspar por aportar “aire fresco a una institución de cuya utilidad muchos dudaban”, y lo ha hecho extensible a los habilitados nacionales, jefes y jefas de servicio y trabajadores en general por “garantizar el funcionamiento de este órgano provincial tan necesario”.