El verano ha traído consigo un aumento de contagios por coronavirus. Esto ha hecho que los expertos lo clasifiquen ya como la séptima ola de la pandemia. Dos variantes de Ómicron son las que están causando esta oleada de contagios: BA.4 y BA.5. Aunque los síntomas más comunes siguen siendo tos, fiebre y dolor de cabeza, se han incorporado unos nuevos.
Está repunte de contagios recibe el nombre de ‘ola invisible’. Un apodo que tiene su explicación en la falta de datos por parte de Sanidad. Desde finales de marzo, las comunidades autónomas solo recogen estadísticas de la incidencia acumulada en mayores de 60 años.
Los continuos contagios y los nuevos síntomas han ocasionado que los expertos lo clasifiquen ya como ‘Covid-22‘. Estas subvariantes producen algunos síntomas característicos que permiten diferenciarlas de otros linajes de coronavirus. La diarrea o el fuerte dolor de garganta son los síntomas estrella de estas dos variantes.
Asimismo, la hipotensión ortostática también aparece en los nuevos contagiados. Esta enfermedad se caracteriza por producir un descenso de la presión arterial cuando la persona se pone de pie tras estar sentada o acostada. Esta puede hacer que te sientas mareado o aturdido, incluso puede provocar un desmayo.
Los nuevos síntomas no se quedan aquí ya que hay una larga lista de otros síntomas que ya se relacionaban con el coronavirus como son la fatiga, tos, fiebre, secreción nasal, dolor muscular, falta de aire, vértigos o falta de olfato y gusto.
EL REPUNTE DE CORONAVIRUS ADELANTA LA CUARTA DOSIS
El Centro Europeo para Prevención de Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han recomendado comenzar la administración de la cuarta dosis entre los mayores de 60 años.
Ante la nueva oleada de contagios, desde la Unión Europea creen que debe iniciarse «inmediatamente» la nueva vacunación. Según han anunciado, consideran adecuado reforzar la inmunidad de la población de 60 a 79 años con una segunda dosis de refuerzo, la cuarta vacuna anticovid en total. Además, señalan que esta puede administrarse si ya han transcurrido cuatro meses desde la última vacunación.
«Pido a todos los Estados miembros que pongan la segunda dosis de recuerdo a todo el mundo a partir de 60 años así como a las personas más vulnerables. Así es como nos protegemos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a la población vulnerable», ha declarado la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides.
