José Antonio Rovira, gran conocedor de la educación porque se dedicó a ella como profesor, retoma la política como conseller de Educación, Universidades y Empleo en la Generalitat Valenciana de la mano del president Carlos Mazón, con el que confiesa que llegaron a compartir piso en la ciudad de Valencia.
En el ámbito educativo, el actual conseller ejerció como director general de Personal de la consellería de Educación entre 2001 y 2007 y como director territorial de Alicante durante el 2013 y 2014.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales asume, tras el cambio de gobierno la segunda cartera con mayor presupuesto de la Generalitat.
Ya han transcurrido los primeros meses del nuevo Consell, ¿cómo ha sido este periodo para usted?
Han sido unos meses duros porque el Gobierno anterior preparó un plan para que el inicio del curso saliera mal. La consellera de Educación, días antes de que yo tomara posesión, permitió que todos los cargos intermedios se marcharan al final de ese mes. A base de sangre, sudor y lágrimas hemos conseguido enderezarlo. Pido disculpas a aquellas familias en las que sus hijos han tenido problemas pero podemos decir desde hace algunas semanas que el curso está ya normalizado.
Un inicio de curso duro, ¿cree qué tardará en olvidarlo como conseller?
Aún es más duro al ver a la izquierda llenándose la boca hablando de la educación pública, del interés que tienen en la educación y en los niños, y luego diseñan un plan para que cuando llegáramos nosotros al Gobierno nos saliera todo mal. A diferencia de ellos, nosotros no lo hicimos. Cuando ganó las elecciones el Botánico, encabezado por Ximo Puig se hizo una buena transición. Todos los jefes de servicios y subdirectores generales, que son los que hacen el trabajo duro del día a día, siguieron en sus puestos. Sin embargo, en esta ocasión, se fueron todos a sus casas.
¿Cómo fue el momento en el que Carlos Mazón lo llamó para anunciarle que lo quería en su equipo?
Creo que el presidente Mazón ha querido crear la Consellería del futuro. Hemos unido la educación que es algo fundamental, las universidades que es la educación superior, y empleo, porque todo va dirigido a eso. No hay mejor política educativa y social que trabajar para que nuestros jóvenes tengan un empleo de calidad. No puedo negar que tengo una amistad personal con Carlos y para mí es un orgullo que haya confiado en mi en una de las áreas políticas más conflictivas.
Además, me contaba a titulo personal que incluso ha convivido en Valencia con el presidente de la Generalitat. ¿Cómo fue compartir piso con Carlos Mazón?
Carlos y yo vinimos a Valencia por primera vez en el año 1999. Yo soy más mayor que él (se ríe) y ya tenía experiencia como concejal en Alicante, comenzando ocho años antes. Vine primeramente como diputado autonómico y él vino como director del Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ). Fue en ese momento cuando comenzamos a compartir experiencias y proyectos, entre otras cosas.
Estos días se han estado presentando los presupuestos, una tramitación importante en Les Corts. ¿Cuáles son las líneas estratégicas?
Nosotros básicamente hemos querido hacer unos presupuestos realistas. Han sido complicados de hacer a nivel global porque queríamos eliminar esa partida que el gobierno de Ximo Puig ponía de esos ingresos ficticios. Además, en sus dos legislaturas ha aumentado la deuda en un 42,5% de toda la Comunitat. Eso supone que este año, frente al año pasado, tenemos que pagar entre los intereses y la amortización de deuda 1.600 millones más, lo que es una absoluta barbaridad. La labor de la Consellería de Hacienda, con la colaboración de todas las consellerias de este ajuste, ha sido importante. No obstante, como ya he comentado anteriormente, han sido unos presupuestos reales.
Una educación de calidad, libre de ideologías y centrada en el alumnado. ¿Ese es el reto?
Ese es el reto, sí. Queremos sacar la ideología de las aulas, todo tipo de ideologías. Para mí, el gran error del Botánico ha sido que la política educativa la han centrado únicamente en la inmersión lingüística en valenciano. Si un centro quería dar más horas en inglés, pedía permiso a la Conselleria y ésta les decía que a cambio tenían que dar más horas en valenciano.
Punto número uno, para mí el valenciano es muy importante. Punto número dos, nosotros vamos a seguir ayudando y promocionando el valenciano. Y punto número tres, creemos que es bueno que todos los jóvenes y niños de esta autonomía tengan la asignatura de valenciano. Lo que no puede ser es que la política educativa gire en torno a la inmersión del valenciano porque la educación es mucho más importante que la lengua.
Otro punto clave de su Conselleria es el empleo y una de las preocupaciones de los jóvenes es la poca oferta de trabajo, ¿van a tomarse medidas al respecto?
Hasta ahora la política que había hecho el Botánico era que los ayuntamientos fuesen quienes contratasen a todos los jóvenes con un plan 2021-2027 y se ha gastado en apenas dos años el 75% de ese plan. Los 75 millones que han dejado los vamos a invertir en empresas para que contraten a jóvenes porque los datos señalan que más del 80% se quedan en esas empresas, por lo que hay que fomentarlo.
Pese a que han esquilmado los fondos derrochándolos durante estos dos años previos a elecciones, voy a demostrar que vamos a obtener mejores resultados de empleabilidad. El desempleo juvenil es la gran lacra que nos sigue quedando, pese a la estabilidad que muestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Para acabar no podemos cerrar sin hablar de universidades. Conoce internamente el ámbito de la universidad porque usted fue profesor, ¿qué objetivos se plantea en este aspecto?
Las cinco universidades que hay en Valencia, en los ratios, son óptimas. Debemos sentir orgullo como valencianos de tener cinco universidades públicas de mucha calidad. Hay una red importante de universidades privadas que también salen muy bien paradas en estudios de calidad, el sistema universitario valenciano, tanto el público como el privado, es bueno.
No obstante, durante las diversas reuniones que hemos convocado con los rectores de las universidades han mostrado su descontento con el anterior gobierno por las promesas que hizo en cuanto al plan de financiación plurianual aunque incrementasen los fondos el año pasado. El equipo de universidad va a trabajar en establecer el futuro y en crear un plan plurianual de financiación de universidades que les permita tener un marco estable. Una universidad no puede estar pendiente del presupuesto que va a tener de un año a otro, porque no permite pensar a largo plazo.