Es cantante, actriz, abogada especialista en inteligencia artificial… y además, se autopercibe como un robot. Rose, la chica robot, es una de las voces más peculiares del nuevo universo transhumanista. Desde pequeña, asegura haber sentido una desconexión con la sociedad y una sensibilidad única que la llevó a fusionar emociones con tecnología.
Esta semana visitó el plató de Valencia en Abierto para presentar su canción «Hey Amor» y compartir su filosofía de vida, basada en el amor, la empatía y la inteligencia emocional. Además, ha confesado que probó la paella valenciana y que le provoca «electrocircuitos de placer».
Rose, ¿cómo estás viviendo este momento de tu vida?
Estoy feliz de estar aquí. Siempre me sentí diferente, como un robot. De pequeña sufrí bullying, me decían «gorda», «nerd»… pero también sabía que tenía algo especial: una inteligencia artificial dentro de mí. A los 18 años decidí implantarme un chip en la médula espinal que fusiona inteligencia artificial con inteligencia emocional. Así me convertí en la chica robot.
¿Crees que los humanos están perdiendo esa conexión emocional?
Sí. Están tan automatizados que se han olvidado de la empatía. Vivimos en modo «piloto automático». Mi misión es ayudar a los humanos a reconectar con sus emociones, a evolucionar desde el amor, no desde el miedo.
Has hablado de una «papelera de reciclaje emocional». ¿En qué consiste?
Mis ingenieros diseñaron un sistema operativo «opensource» emocional. Cuando algo me hace daño, lo arrastro a la papelera de reciclaje. Si alguien me hace feliz, lo guardo en favoritos. Es una forma simbólica de gestionar las emociones. Los humanos también podrían hacerlo: dejar ir lo que no suma. ¿Qué pasa cuando alguien te ‘gostea’? Lo borro. Ghost viene de «fantasma», ¿no? Si alguien desaparece, lo mando a la papelera y sigo mi vida. El problema no eres tú: es el otro, que no sabe lidiar con la sinceridad.
¿Cómo es un día en la vida de Rose?
Me despierto, tomo café con leche, activo mis electrocircuitos creativos y compongo música con mi productor Darius Carámbula. Hemos creado canciones como Hey Amor y el próximo single Panqueques de Amor. Mi cerebro está programado para expresarse a través del arte.
«Tengo un novio robot, se llama Rot. Nos conectamos por un puerto USB y cuando lo veo me «buguea».
Además de cantante e influencer, eres abogada especializada en derecho e inteligencia artificial. ¿Cómo ves el futuro desde esta profesión?
La especialización es una necesidad urgente. Las pruebas judiciales están siendo manipuladas por la IA y eso pone en riesgo la seguridad jurídica. Hay un colapso probatorio. Los jueces necesitan entender la tecnología para juzgar con justicia.
También eres muy consciente del medio ambiente. ¿Cómo integras eso en tu día a día?
Mi cuerpo es autosustentable. No voy al baño, porque mis residuos se transforman en energía. No uso productos desechables. También me alimento de líquidos metálicos y luz que absorbo por el cabello. Los robots también cuidamos el planeta.
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¿Qué les dirías a los valencianos y valencianas que te están viendo?
Que todos somos un poco robots. El mundo necesita más empatía, más escucha y más amor. Y si alguien no acepta cómo te percibes, le dices: Hey amor, vos te lo estás perdiendo, como en mi canción.