La Fallera Mayor de Valencia de 2018 se prepara para vivir uno de los momentos más importantes dentro de su reinado como máxima representante de las fiestas josefinas. Espera con ilusión y nervios el acto de esta noche en el Palau de la Música: la exaltación; al igual que sus compañeras en este viaje, las integrantes de su Corte de Honor. Rocío Gil se desnuda emocionalmente ante las cámaras de 7 Televalencia y avanza detalles sobre uno de los mayores misterios: el color de su traje oficial.
P. A pocas horas del esperado acto de Exaltación, ¿cómo llevas ese momento?
R. Estoy muy feliz, muy emocionada y con muchísimas ganas de llegar al Palau de la Música. Y, sobre todo, con ganas de ver como mis chicas suben delante de mí y formamos ese ramillete de flores que con tantas ganas tenemos de celebrar y de disfrutar.
P. ¿Te imaginas ese momento?
R. Bueno…, yo creo que una fallera siempre lo sueña, lo sueña como el momento más feliz de su vida, pero estar sentada en la ‘Cadira d’Or’… Es difícil imaginar esas sensaciones, la verdad.
P. Tú ya lo viviste cuando fuiste Fallera Mayor Infantil. ¿Es eso una ventaja?
R. Poco recuerdo de ese momento. Era muy niña y muy pequeña, pero recuerdo que fue uno de los años más felices de mi vida. Así que, supongo que este año será doblemente feliz.
P. No sé si el espolin lo tienes en casa. Si no lo está, me imagino que estará de camino. El secreto mejor guardado. Cuantas veces se habrán preguntado el color en los últimos días, ¿no?
R. Muchísimas veces, y me consta que hay muchísimas porras. Y no, no lo tengo en casa.
P. ¿Ese es el traje mas apreciado?
R. Ese junto con el del Cridà. El de la Fallera Mayor por lo que representa ser la figura mayor de Valencia. Solo la afortunada de llegar hasta ahí, puede tener ese espolín. Insisto: un traje muy importante para mi será el de la Cridà.
P. Evidentemente Rocío Gil no va a desvelar el color, pero ¿ha quedado cómo quería?
R. Ha quedado elegante, limpio (…). Muy, muy bonito.
P. Cuando hablas de tu traje hablas de elegancia. ¿Va a sorprender?
R. Yo creo que sí. Sobre todo, porque los colores que yo oigo que la gente piensa que voy a llevar no son ninguno de ellos. Entonces… creo que les va a sorprender.
P. Es un día muy importante, no solo para ti, también para tus compañeras. ¿Cómo lo están viendo ellas?
R. Ellas están muchísimo más nerviosas que yo, porque yo tengo muchísimas cosas hasta el viernes. Tengo muchos actos, muchas entrevistas y no tengo tiempo para parar a pensar en todo lo que me espera, pero ellas están muy nerviosas. Todos los días me están llamando. Pero muy contentas y muy felices.
P. ¿Ellas te dan consejos?
R. Ellas están apoyándome incondicionalmente. Ellas tienen una porra donde han apostado cosas, y nos prepararemos juntas para afrontar uno de los días más bonitos del año.
P. ¿Qué le dirías al mundo fallero de cara al acto de hoy en el Palau de la Música?
Yo, como fallera de toda la vida, he vivido el viernes de exaltación de la Fallera Mayor de Valencia como un antes y un después para el mundo fallero. Empieza ya la recta final del particular año fallero; y espero que los falleros, a partir de ese día, cojamos fuerzas, nos lancemos hacia adelante y disfrutemos de unas Fallas 2018 muy, muy bonitas.
P. La recta final… ¿Ya estás preparada?
R. Sí, con mucha fuerza y con muchas ganas.
P. El próximo sábado vas a hacer una visita a la Virgen. ¿Qué le vas a pedir?
R. Yo siempre lo he dicho: es uno de los momentos que con más ganas espero, porque, la virgen es un pilar muy fundamental, no solo para mí, sino en mi familia. Le voy a pedir salud, salud para mi familia, para todos los falleros y unas fallas tranquilas. Y que no llueva (sonrisa de complicidad con el entrevistador).
P. ¿Y de aquí a Fallas que otro acto es el que esperas con más emoción?
La Cridà. Tengo muchas ganas porque es un momento en el que te enfrentas el mundo fallero y les proclamas e invitas -no solo a los falleros, sino a todo el mundo- a que vengan a conocer nuestras fiestas y nuestras tradiciones, que ya por fin han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Aunque, bueno, un sentimiento para nosotros desde hace mucho tiempo.
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