(Pablo Viñado).- Nuestra Comunitat es tierra de sol, playa, terrazas y turismo… mucho turismo. Por ello, no es de extrañar que también atraiga a una gran cantidad de amantes de lo ajeno. En concreto, durante todo 2017, en territorio valenciano se dieron más de 173.000 casos relacionados con la sustracción de patrimonio, lo cual supuso un 60% del total de delitos perpetrados en toda la Comunitat.
A la cabeza de todos ellos, los hurtos, un delito difícil de resolver que se repitió en un total de 74.000 ocasiones y que logró resolverse en un tímido 20% de los casos. Tan solo 6.800 personas, en su mayoría reincidentes, fueron arrestadas por esta infracción de tibio castigo en el código penal.
Su manifestación en las ciudades se expresa de muy diversos modos, aunque uno de los más extendidos es el de las bandas organizadas a la ‘caza’ de personas mayores que les abran la puerta para apropiarse de objetos de valor. También es altamente común la actuación de carteristas en puntos de grandes aglomeraciones: tranvías, metros, bares, trenes, Fallas, salas de fiesta, terrazas…
En las áreas rurales, por otro lado, los hurtos la mayoría de los hurtos son a agricultores, quienes sufran constantemente la sustracción de herramientas de trabajo y productos hortofrutícolas de todo tipo.
Bastante por detrás de los hurtos, aunque también con una frecuencia significativa, nos encontramos con los robos con fuerza: casi un centenar al día para un total de 37.000 durante 2017. Al igual que sucede con los hurtos, este dato también supone un significativo descenso con respecto a años anteriores. Y es que parece que últimamente son todo buenas noticias: hace poco más de una semana la Policía Nacional interceptó a una de las bandas más activas en robos con fuerza en Valencia, aquella que protagonizó el asalto a mazazos a la tienda de Louis Vuitton.
Por desgracia, el esclarecimiento de robos con fuerza es aún inferior al de los hurtos: sólo acaba con arrestos un 16% de los casos.
