Los establecimientos de hostelería y otros servicios alimentarios tendrán que ofrecer a sus clientes la posibilidad de que se lleven, sin coste adicional, lo que no han consumido. Además, tendrán que informar de dicha práctica de forma visible, preferentemente en la carta o menú. Pare ello, deberán disponer de envases aptos reutilizables.
Así lo recoge el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario impulsado por el Gobierno. El Consejo de Ministros ha aprobado hoy que será la primera ley en España para combatir el desperdicio de alimentos.
Esta nueva normativa, que ya existe en países como Francia e Italia, está concebida para reducir del desecho de alimentos sin consumir que acaban en la basura. Además, busca fomentar un mejor aprovechamiento de los mismos. Solo en los hogares españoles se tiran anualmente a la basura 1.364 millones de kilos de alimentos, una media de 31 kilos por persona en 2020.
LOS ALIMENTOS CADUCADOS SERÁN MÁS BARATOS
La nueva ley no sólo afectará a restaurantes y cafeterías, también a tiendas de alimentación. Los productos con fecha de consumo preferente vencida deberán presentarse al consumidor de forma separada y claramente diferenciados del resto. Además, estos productos caducados tendrán que venderse a precios inferiores o destinarse a la donación.
Por otra parte, los alimentos no vendidos pero que estén en condiciones óptimas de consumo deberán ser transformados (zumos, mermelada, etc.). Del mismo modo, cuando no sean aptos para el consumo humano deberán utilizarse como subproductos para la alimentación animal; fabricación de piensos; industria; obtención de compost de calidad para uso agrario; o para la obtención de biogás u otro tipo de combustible.
La norma también prevé que las empresas distribuidoras de alimentos deberán incentivar la venta de productos con fecha de consumo preferente o de caducidad próxima. Los establecimientos de venta al por menor con una superficie que fijarán las comunidades autónomas (nunca inferior a 400 metros cuadrados), deberán fomentar líneas de venta de productos considerados feos, imperfectos o poco estéticos que estén en condiciones óptimas de consumo.
Así mismo deberán incentivar la venta de alimentos de temporada; de proximidad; ecológicos y ambientalmente sostenibles y a granel, y mejorar la información sobre el aprovechamiento de los mismos.