La Iglesia de los Santos Juanes es uno de los emblemas del patrimonio valenciano, por su monumentalidad y situación estratégica en el corazón de Valencia. Alzada bajo los cánones del gótico, su transformación barroca le hizo merecedora de ser declarada Monumento Histórico Artístico Nacional tanto por las pinturas de Palomino -las de mayor superficie pintadas por el maestro cordobés- como por la intervención escultórica y ornamental llevada a cabo por Bertesi y Aliprandi con los estucos lustros en blanco de sus esculturas y los dorados que convierten a esta iglesia en única en València.
Desde junio de 2021, un equipo del Instituto de Restauración del Patrimonio (IRP) y del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València (UPV), dirigido por la profesora emérita de la UPV, Pilar Roig, trabaja día a día para recuperar su belleza ornamental, en un proyecto que cuenta con la financiación de la Fundación Hortensia Herrero, que está coordinado por el arquitecto Carlos Campos y que concluirá a finales de 2025.
«Santos Juanes nos va a sorprender a todos. Porque, que después de aquel terrible incendio de 1936, consigamos recuperar parte del original de Palomino ya nos está deparando gratas sorpresas. En las dos fases que ya hemos acabado hemos recuperado no ya el color original, pero sí la huella de Palomino y también su historia. Es impresionante porque hay pigmentos que todavía están ahí y todavía nos sorprenden. Sólo hay que mirar a lo alto en estas dos primeras fases para poderlos apreciar», ha destacado Roig durante la visita a las obras de restauración.
Descubrimientos en la bóveda
Según ha explicado la profesora de la UPV, los Gudiol arrancaron los fragmentos de pintura conservados en 2/3 de la bóveda y presbiterio de los Santos Juanes. Estos se las llevaron a Barcelona para colocarlas en paneles de madera contrachapada.
«Las pinturas del presbiterio nunca regresaron a Valencia. El resto de pinturas arrancadas fueron colocadas en 90 paneles, en la bóveda pintada por Palomino, de los cuales ya hemos restaurado 35. Además, se ha restaurado también la ornamentación, dorados esculturas y óvalos de un tercio del perímetro interior de la Iglesia», ha añadido José Luis Regidor, responsable de la restauración.
En su trabajo, el equipo de la UPV ha descubierto inscripciones en la superficie de la bóveda. Se encontraban bajo los paneles e incluso en el reverso de algunos de ellos. Gracias al hallazgo se ha podido documentar la fecha de 1965 como final de la intervención de los hermanos Gudiol. Además, el equipo de la UPV ha descubierto fragmentos de pintura original detrás de alguno de los paneles.
Ultrasonidos, biolimpieza y tratamiento digital de imágenes
En el proceso de restauración, el equipo de la UPV está aplicando diferentes tecnologías. Entre ellas destaca el tratamiento digital de imágenes, la biolimpieza con bacterias entrenadas para la restauración de obras de arte y ultrasonidos y foto-ablación láser que permiten actuar sobre aquellas partes más afectadas por el paso del tiempo.
Los resultados de las investigaciones derivadas de este proyecto se han publicado en diferentes volúmenes de la revista Archivo Arte Valenciano de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Estos trabajos han sido firmados por Pilar Roig, Jose Luis Regidor, Pilar Soriano, Julia Osca, Iris Hernandez, Xavi Más y Valeria Marcenac.
Dos líneas de intervención ornamental
En la intervención ornamental, el proyecto se está llevando a cabo con dos líneas de intervención paralelas: por una parte, la restauración de las pinturas de la bóveda y, por otra, la restauración de las esculturas, estucos y dorados de la ornamentación barroca de los paramentos y de las capillas.
La intervención sobre las pinturas de la bóveda supone actuar in situ desmontando los paneles existentes, trasladarlos al taller de restauración del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de lo UPV, donde se realiza el proceso de restauración con recuperación de los fragmentos de pintura original.
«Una vez dispuestos sobre nuevos paneles fabricados exprofeso, adaptados a la curvatura de la bóveda, se vuelven a llevar a la misma, para su reinstalación en el lugar que les corresponde, terminando el proceso con la reconstrucción pictórica de faltantes mediante la transferencia de imagen digital impresa», ha explicado José Luis Regidor.
Equipo multidisciplinar de 30 especialistas
El proyecto aglutina a un amplio equipo multidisciplinar, de ámbitos tan diferentes como la ingeniería topográfica –para los trabajos de georreferenciación; telecomunicaciones –para la aplicación de tecnología de ultrasonidos; ingeniería industrial -para el control medioambiental de las obras; arquitectos y arquitectas para temas de control de calidad y certificaciones, documentalistas, especialistas físicos y químicos, así como biólogas especializados en la limpieza con bacterias, restauradores de escultura, dorados, estucos, y pintura mural e historiadoras del arte.
«En total, el proyecto reúne cerca de treinta especialistas, que están trabajando de forma absolutamente coordinada. Esto está haciendo posible cumplir con las expectativas previstas, siendo la restauración muy compleja», ha explicado Pilar Roig.
«También destacaría que estamos actuando de acuerdo con las premisas establecidas a nivel europeo sobre sostenibilidad en la conservación del Patrimonio ya que quedan menos de 10 años para poder llegar a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible propuestos en la Agenda 2030 que firmaron los estados miembros de las Naciones Unidas. Por eso, nuestra intervención destaca por el respeto al medio ambiente y la utilización de productos inocuos, teniendo presente el kilómetro cero, siempre que se pueda», ha concluido Roig.