En octubre de 2017 se comenzó a diseñar el nuevo proyecto, en agosto de 2018 se ha realizado la adjudicación de las obras y a comienzos de 2019 será realidad la ronda sur del casco urbano: un puente sobre el barranco Pascual permitirá enlazar el carril bici desde la playa al instituto y el tráfico rodado desde la V-21 hacia las urbanizaciones sin pasar por el Caminás ni la avenida Valencia, auténticos embudos para los vehículos que circulan entre Puçol y la playa o la autovía de Valencia.
Cuando a finales del siglo XX se comenzó la construcción de las nuevas zonas residenciales situadas al sur del casco urbano (La Barraca y Santigons) ya se diseñó la avenida Mercé Rodoreda como límite de esta zona urbanizada y como circunvalación para acceder desde la zona de la playa hasta la del instituto y las urbanizaciones sin necesidad de atravesar el casco urbano por el Caminás, el punto más conflictivo del tráfico rodado en Puçol.
«El único problema ea que la ronda sur debía pasar sobre el barranco Pascual y para ello era imprescindible la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar», apunta la alcaldesa Lola Sánchez. «Y esa autorización no llegaría hasta que el cauce del barranco fuera desviado hacia el barranco del Puig, una obra que debía realizar la Conselleria y que se finalizó el pasado año».
Una vez desviado el barranco, en octubre de 2017 el Ayuntamiento de Puçol contrató a FVAI Structures Architectures el informe técnico para construir un puente que por fin cierre la ronda sur con un triple objetivo: ha de contener dos carriles para el tráfico rodado, pero también enlazar el carril-bici que viene de la playa y, por supuesto, la acera peatonal.
Esta tercera vía para sortear la barrera que supone el barranco ha sido adjudicada en agosto de 2018 a las empresas Otxandiano Empresarial y Tableros Puente, por un importe de 554.000 euros, por lo que a principios de 2019, por fin Puçol tendrá la ronda sur para conectar la playa, el casco urbano y las urbanizaciones.
«Es un puente de 30 metros de longitud, con dos carriles para vehículos, uno para cada sentido, de 3.50 metros de anchura libre, un carril bici de 2.40 metros y acera peatonal», apunta Ana Gómez, concejal de Urbanismo. «Es una obra que llevamos esperando casi dos décadas y que será la solución para mejorar el tráfico de peatones, ciclistas, coches y camiones, ya que con la nueva ronda sur se evita atravesar el casco urbano por el Caminás, una vía muy congestionada en la actualidad».