La sede regional y provincial del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), ubicada en el barrio Ciutat Vella de Valencia, ha amanecido este jueves con pintadas y mensajes que incluyen amenazas, insultos y calificativos despectivos, acompañados de simbología asociada a la izquierda independentista.
Desde el PPCV han calificado el acto de “anónimo y cobarde” y lo vinculan directamente con el clima de tensión social y política que, según denuncian, “algunos partidos alimentan de forma irresponsable”.
“El odio, la violencia y la intimidación no tienen cabida en una sociedad democrática”, ha manifestado el partido en un comunicado, donde también han recordado que no es la primera vez que su sede es objeto de este tipo de actos desde el pasado 29 de octubre.
El Partido Popular de la Comunitat Valenciana ha hecho un llamamiento “al sentido común y a la responsabilidad de todos” y ha pedido al resto de fuerzas políticas de la Comunitat que condenen este ataque como muestra de compromiso con la convivencia y los valores democráticos.
“Este tipo de amenazas no nos intimidan. Vamos a seguir trabajando cada día por nuestra tierra y por el bien de todos los valencianos”, concluye la nota. El partido ha presentado la correspondiente denuncia ante las fuerzas de seguridad.
¿Qué une al pancatalanismo y la izquierda valenciana? EL ODIO.
No nos intimidan. Vamos a seguir trabajando por todos los valencianos. pic.twitter.com/1boGElCgat
— Partido Popular Comunitat Valenciana (@ppcv) April 25, 2025
Carlos Mazón, en el centro de las críticas
Hace unas semanas, la Universitat Politècnica de València fue escenario de una protesta estudiantil contra el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, durante la investidura del nuevo rector, José Capilla. Cientos de estudiantes corearon consignas de rechazo y protagonizaron momentos de tensión a la llegada del mandatario, en un ambiente marcado por el descontento con las políticas educativas del Consell.
Estos actos se suman también a los altercados sufridos en las fiestas de la Magdalena en Castellón, donde el presidente de la Generalitat fue increpado por la gestión de la DANA del pasado 29 de octubre, tuviendo que interrumpir su visita calificándolo de «boicot, planeado desde hace días, y la presencia de grupos ultra en contra de la visita».












