Valencia es una de las ciudades más felices del mundo. Así lo ha declarado el Institute for Quality of Life y el Happy City Hub de Londres, que este año ha galardonado a la ciudad con el certificado de bronce como lugar deseable para vivir, trabajar, jugar y sentir como hogar. Y es que la capital del Turia lleva a sus ciudadanos a ser los más felices del mundo, ¿pero por qué?
La respuesta, según el psicólogo Enric Valls, está en la luz solar. «La luz lo que genera en el cuerpo humano es un aumento de las hormonas de la serotonina, la oxitocina y la dopamina, que están conectadas con el bienestar, tranquilidad y la felicidad. Por tanto, a mayor luz hay mayor bienestar», explica.
Asimismo, el psicólogo especifica que por ese motivo se suele recomendar a una persona que está más triste que «salga al parque a dar una vuelta, a que le dé esa luz solar porque también aumenta la vitamina D, muy importante para encontrar la calma y la tranquilidad», comenta.
La luz solar también resulta idónea a la hora de la práctica de actividades de ocio o deportivas en un paraje distinto al habitual. Según Valls «ayuda a desconectar y a aumentar el bienestar emocional». Además, el psicólogo puntualiza que «Valencia es una gran ciudad y resulta ideal para pasear, practicar deportes y practicar relajación o yoga por sus parajes».
Y es que las características paisajísticas y climáticas de la capital del Turia son ideales para poder desconectar y practicar ese «ejercicio de felicidad». Sus parajes, playas y sus más de 2.800 horas de luz solar al año facilitan que sus gentes se sientan bien y sean de los más felices del planeta.