La región mediterránea, y en especial el litoral español, está siendo impactada por un incremento en la frecuencia y la intensidad de las DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos) fenómenos meteorológicos que, aunque no alcanzan las velocidades de viento de un huracán, generan precipitaciones torrenciales y causan graves daños económicos y pérdidas de vidas. Esta advertencia fue emitida por expertos tras los recientes eventos en Valencia, donde una DANA trajo lluvias extremas y dejó una estela de destrucción en varias localidades.
En su explicación, los expertos destacan que las DANAs, a diferencia de los ciclones tropicales, ocurren en zonas templadas como el Mediterráneo. Sin embargo, su impacto se está asemejando cada vez más a fenómenos extremos debido al calentamiento de las aguas mediterráneas, un cambio impulsado por el calentamiento global. “Estamos viendo una acumulación de calor sin precedentes en la cuenca mediterránea, lo que intensifica la energía de estos sistemas y aumenta su peligrosidad,” explicó un especialista.
Nuevas Alertas y Protocolos: ¿Es Suficiente la Alerta Roja?
Los actuales sistemas de alerta, como el nivel de “alerta roja” que sugiere evitar desplazamientos, podrían no ser suficientes en situaciones de alto riesgo. Ante la gravedad de las recientes DANAs, se ha propuesto la creación de un nivel de alerta “negra”. Esta indicaría un riesgo extremo de pérdida de vidas y urgiría a la población a permanecer bajo refugio durante estos eventos climáticos. Según los expertos, esta medida podría marcar la diferencia en la protección de los ciudadanos.
Adaptación Urgente de los Protocolos de Emergencia
Además de revisar las alertas, los protocolos de gestión de emergencias necesitan una actualización frente a las condiciones cada vez más peligrosas. Los expertos insisten en que estos sistemas fueron diseñados para una situación climática diferente. Entonces el calentamiento global no era tan evidente en la región. Ahora, con mares más cálidos, el fin del verano se ha convertido en una época especialmente crítica, donde los sistemas convectivos representan un peligro considerable. «Las DANAs actuales se están convirtiendo en máquinas mortíferas,» advirtieron los meteorólogos, señalando la creciente urgencia de una acción coordinada.