Las gasolineras tienen una normas, la manipulación del combustible puede acarrear riesgos de seguridad que pueden ocasionar incendios o explosiones. El Reglamento de circulación contempla que la dispensación, así como el control de los surtidores es materia única de los trabajadores de la estación. Toda persona ajena podría enfrentarse a una multa de hasta 100 euros.
Una vez aparcamos en la gasolinera tenemos que apagar el motor, obligatorio tanto para repostar gasolina o gasóleo. Hay que ser conscientes que vamos a manejar productos muy inflamables.
También está prohibido mantener encendidos cualquier sistema eléctrico como cargadores, radio o luces. Incluye el apagar el teléfono móvil por seguridad, tabletas u ordenadores portátiles. Estos dispositivos emiten radiación electromagnética, que puede ocasionar una explosión si entra en contacto con los elementos con los que está formado el combustible.
Estas normas y muchas más están reflejadas en el artículo 115 del Reglamento de circulación. Esta indica que «los propietarios de aparatos distribuidores de combustibles o empleados de estos últimos no podrán facilitar los combustibles para su carga» a todo aquel cliente que no cumpla las normas.