La parroquia de San Esteban de Valencia ya acoge bautizos después de dos meses y medio de estado de alarma. Lo hacen con todas las medidas sanitarias establecidas después de que se hayan anulado o pospuesto un centenar de ellos. Este templo es elegido cada año por cientos de familias para la administración de este sacramento ya que custodia la pila bautismal de san Vicente Ferrer.
El último bautizo se celebró en San Esteban “el 8 de marzo y a partir del 13 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia. Las familias empezaron a anular o cambiar de fecha de hasta un centenar de bautizos previstos estos meses.” Según ha explicado el párroco Fernando Carlos Ros. Este primer bautizo, de una niña llamada Carlota, “es una celebración muy especial después de este tiempo sin celebrar ninguno. Tanto para la familia como para la parroquia que tantos bautizos ha acogido porque aquí está la pila donde fue bautizado san Vicente Ferrer. También san Luis Bertrán, cuya casa natal tenemos muy cerca”.
El acto se ha celebrado siguiendo las medidas de prevención establecidas por sanidad. En la celebración sólo han participado diez personas, incluyendo al sacerdote, y los familiares o amigos. Todos los presentes llevan mascarilla y mantienen la distancia de seguridad.
El primer bautizo “se ha celebrado usando el rito breve. El agua bautismal se ha extraído de la pila de san Vicente Ferrer y se ha derramado sobre la cabeza de la niña. De este modo no vuelve al mismo sitio el agua utilizada y en la unción del crisma se utiliza un bastoncillo de algodón de un solo uso, que se incinerará al terminar la celebración.