Sant Onofre y Quart de Poblet han salido a la calle. Lo han hecho, este año, de una forma especial, después de que La Passejà en honor al santo haya sido decclarada Fiesta de interés Turístico Provincial de la Comunitat.
Explican los mayores que al finalizar la primavera de 1723 la situación de los agricultores, que eran la mayoría de los habitantes del pueblo, era desesperada. Había una gran sequía y los meses de lluvia habían pasado sin dejar casi agua.
Por esta razón, cuando en la noche del 9 de junio se arremolinaron las nubes de tempestad, en muchas casas empezaron a dar gracias a santo por haberles escuchado.
Desde entonces, una procesión nocturna trae la imagen de santo desde la ermita hasta la iglesia, acompañada por el chasquido de miles de cohetes y de alegres marchas musicales. Entre música y pirotecnia, recorre las calles del pueblo.
Y es que, una de las singularidades y que se convierte en todo un espectáculo son las ruedas de fuego que se realizan en determinados puntos del recorrido con ‘la fila de coheters de la Associació Amics de La Passejà‘, que encienden luminarias y cohetes de salidas, sujetados con unas tenazas de madera, así como la música, tanto del grupo de tabal y dulzaina que abre la procesión como la banda que la cierra.
Una fiesta, que ha contado este año con una agenda repleta de actos previos, en la cual han participado mayores y prequeños, mostrando el sentimiento de un pueblo pueblo, el fervor y la recompensa al trabajo para consguir el reconocimiento y preservación de una fiesta única y. ahora más que nunca, muy marcada en el calendario festivo.
Después de una gran jornada, que captó lo atenta mirada de muchos curiosos de localidades vecinas y otros puntos de la geografía valenciana, Sant Onofre ya se encuentra en su lugar de origen, donde residirá hasta septiembre, momento de las fiestas patronales.