En la comarca de la Vall d’Albaida se localiza «el pueblo de los relojes de sol«: Otos. Se denomina así porque sus calles están rodeadas por más de una treintena de relojes de sol haciendo que sea una población única.
En este pequeño pueblo de 450 habitantes, artistas como Andreu Alfaro, Elisa Martí, Antonio Miró, Manuel Boix y Artur Heras participaron en un proyecto que empezó en 2005 para ensalzar el turismo rural de interior.
Dicho proyecto era «Otos, el pueblo de los relojes de sol«. El objetivo primordial era generar cierto interés de las instituciones y los particulares por la conservación de los relojes solares. Además, con esto se conseguía crear una red de itinerarios gnomónicos a través de la Vall d’Albaida, con Otos como referente principal.
Por las calles del pueblo encontrarás relojes de distintos tipos: de sol, de luna, los que marcan cuántas horas hace que ha salido el sol, etc. Para descubrir cuál es la diferencia entre éstos y las curiosidades que esconden, desde el Ayuntamiento decidieron organizar la «Ruta de los Relojes de Sol«. Cada domingo se realizan rutas guiadas por las calles de Otos explicando la historia de los relojes. El recorrido tiene una duración de entre una hora y media o dos horas.
Cada reloj que esconde este precioso municipio contiene peculiaridades técnicas, artísticas y culturales distintas. Por ejemplo, podemos encontrar un reloj con forma de una sandía, otro de una antigua bicicleta o algunos relacionados con fechas simbólicas.
PALACIO DEL MARQUÉS DE SAN JOSÉ
Además de los relojes de sol, el pueblo de Otos cuenta con el Palacio del Marqués de San José. Se trata de una preciosidad arquitectónica del siglo XVIII con detalles característicos de la Corona de Aragón.
El palacio tiene tres pisos, y cuenta con un patio principal. Allí destaca la puerta de la fachada con el escudo nobiliario. Además, la parte superior está decorada con una hilera de medio punto.
En la actualidad, este palacio forma parte de la sede del Ayuntamiento. En él se desarrollan actos culturales ya que cuenta con una biblioteca, sala de exposiciones o un pequeño museo etnológico.
