A menos de una hora de Valencia capital, Olocau se presenta como un destino ideal para los amantes del senderismo, la historia y la naturaleza. Situado en pleno Parque Natural de la Sierra Calderona, este municipio del Camp de Túria esconde rutas temáticas, vestigios romanos, yacimientos íberos y una gastronomía con raíces profundas.
Nada más llegar, el visitante puede perderse por las callejuelas de su casco antiguo, donde destacan el Castell, la Torre Pardines y la Casa Solariega de los Condes de Olocau, hoy sede de la Tourist Info y del museo local. Declarado Bien de Interés Cultural, este edificio ofrece una ventana a la historia de la localidad.
Rutas entre historia y naturaleza
Uno de los grandes atractivos de Olocau es su red de rutas senderistas, aptas para todos los niveles. Para familias o caminantes ocasionales, la Ruta de las Fuentes y la de les Macollades —algarrobos centenarios que resisten el paso del tiempo— ofrecen paseos agradables llenos de encanto. La Ruta al Castillo del Real es otra opción accesible, con vistas espectaculares y aroma a historia.
Para los senderistas más experimentados, destacan propuestas como la Ruta Geológica o la que asciende por el Rodeno i les Amitges, ambas con un toque aventurero. Pero sin duda, una de las joyas de Olocau es el acceso al Poblado Amurallado del Puntal dels Llops, un impresionante yacimiento arqueológico íbero datado entre los siglos V y II a.C. Este enclave permite entender cómo vivían los antiguos habitantes de la zona, y algunas visitas se pueden realizar con guía.
Olocau, destino con alma
Además de las rutas señalizadas, Olocau esconde rincones llenos de valor histórico y paisajístico. El acueducto romano de L’Arquet sorprende por su elegancia y conservación. Muy cerca se encuentran restos de villas y bodegas romanas en parajes como La Sella, La Maimona, El Tollo o Lo Pitxerí, ideales para quienes disfrutan del turismo cultural en contacto con la naturaleza.
Después de recorrer senderos y descubrir antiguos asentamientos, Olocau invita a sentarse a la mesa. Platos como la tradicional olla de col de Sant Antoni, típica de enero, o dulces como los “congrets”, el ajolaire o la tarta de pimiento y tomate, resumen la esencia de una cocina local sabrosa, generosa y con historia.
Perfecto para una escapada de fin de semana, Olocau es uno de esos lugares que sorprenden por su autenticidad y su cercanía. Ya sea caminando entre algarrobos milenarios, explorando fortalezas íberas o saboreando sus recetas tradicionales, este pueblo valenciano demuestra que el interior también puede ofrecer aventuras memorables.
