Es posible que nunca te lo hayas planteado pero las malas posturas a la hora de dormir pueden agravar claramente algunas dolencias originadas por la tensión y el estrés del día a día.
Dolores en cervicales, lumbares, cadera… todos ellos pueden prevenirse adoptando una correcta posición al acostarse. Así lo asegura este artículo publicado en el Wall Street Journal, en el cual podemos encontrar una serie de posturas recomendadas que serán ideales para tu bienestar óseo y muscular.
A través de una infografía, Mike Sudal recopila las mejores posturas para conciliar el sueño en caso de sufrir cualquiera de las siguientes molestias:
Dolor de Hombros:
Es imprescindible evitar dormir del lado del hombro que te duele. La mejor decisión en este caso es que duermas de espaldas. Si prefieres dormir del lado del hombro que no te duele, deberás colocar una almohada desde tu pecho hasta tu cara, de manera que abraces el resto la almohada con tu brazo estirado, como aparece en la primera ilustración.
Dolor de espalda:
Trata de dormir sobre tu espalda, pero con precauciones: coloca una almohada debajo de tus rodillas o una toalla enrollada en la parte baja de tu espalda para mantener su curva natural. Los especialistas señalan que adoptar esta posición es lo mejor para superar la molestia lumbar.
Si no puedes conciliar el sueño boca arriba y prefieres dormir de lado, coloca una almohada entre tus muslos para un mejor soporte. El anterior es un buen método para personas con problemas de cadera o de rodillas. Una posición fetal puede ayudar con el dolor de espalda baja o con estenosis espinal.
Si ninguna de las dos posturas anteriores te convence y optas por dormir sobre tu estómago, coloca una almohada desde tu abdomen bajo hasta tu pelvis para distribuir el esfuerzo. Con esta última posición arriesgas forzar tu espalda y cuello más que en cualquiera de las dos anteriores, pero si no consigues quedarte dormido de otra manera, adelante.
Dolor de Cuello:
Intenta mantener tu cuello en una postura lo más neutral posible y evita dormir boca abajo. Muchas almohadas pueden torcer tu cuello, así que usa solo una almohada y trata de ponerla debajo de tus hombros. Algunos científicos recomiendan una toalla enrollada para detener el cuello.
Dificultad para respirar, ronquidos, apnea:
Evita dormir sobre tu espalda. Duerme de lado o sobre tu estómago para evitar la obstrucción de tu garganta con tu lengua. Una manera de dormir sobre tu espalda es colocando una pelota de ping pong (o cualquier objeto que te incomode) sobre tu espalda.
Reflujo ácido:
Para combatir o prevenir esta dolencia se recomienda dormir sobre un par de almohadas (ver infografía), de manera que tu cuerpo quede en una diagonal sobre tu espalda. También se recomienda poner un ladrillo en las patas de la altura de la cabecera de la cama para que tu posición sea diagonal. Puedes también dormir de lado.
Fascitis plantar:
Duerme sobre tu espalda y mantén los pies en una posición relajada, tal y como se muestra en la fotografía.
Una app revolucinará el seguimiento de las intervenciones quirúrgicas en Valencia
Segundo caso mundial de «curación» de VIH tras un trasplante de médula