Desde que el Oceanogràfic de Valencia abrió sus puertas en 2003, su actividad se ha centrado en acercar la necesidad de proteger la flora y la fauna marina a toda la población y a los más de 25 millones de personas, procedentes de todos los rincones del mundo, que han visitado el acuario durante los últimos 20 años.
El conocimiento y la sensibilización por el ecosistema marino son los buques insignia del gran complejo marino ubicado en la Ciutat de les Arts i les Ciències de València y la hoja de ruta que marca las acciones que lleva a cabo el acuario año tras año.
Visitar el Oceanogràfic es emprender un viaje submarino por los ecosistemas marinos más importantes del planeta; con el que poder conocer de cerca el compromiso del acuario en la conservación de especies, en la investigación y en su divulgación. Tres pilares que se sustentan a través de la Fundación Oceanogràfic, creada en 2016, que amplifica la labor del acuario con el objetivo de alimentar actitudes respetuosas con el mar y sus habitantes.
Un programa integral de cuidado animal
Si hay algo que caracteriza al Oceanogràfic de Valencia es la diversidad de animales que constituyen su colección zoológica. Aves, delfines, tiburones, rayas, focas, medusas, belugas, leones marinos, tortugas y miles de peces son algunas de las más de 650 especies que el visitante puede encontrar en su recorrido por los 110.000 metros cuadrados que conforman el mayor acuario de Europa.
El centro valenciano es de los pocos acuarios del mundo que cuentan con una amplia plantilla de veterinarios y expertos en medicina animal, operativos los 365 días del año, y especializados en el desarrollo de programas de investigación que contribuyen al conocimiento de los animales para su protección y conservación en el medio natural.
También en 2016, coincidiendo con la llegada de AVANQUA como gestora del centro, el Oceanogràfic cuenta con un Comité de Cuidado y Bienestar Animal, compuesto por personal propio y externo al Oceanogràfic, y que garantiza el bienestar de todos los animales como pilar fundamental en todas sus acciones. Un órgano que supervisa y garantiza el cumplimiento de las normas y directrices emitidas por gobiernos y organizaciones de acreditación.
Tanto es así que el centro valenciano ha logrado alcanzar en los últimos años las acreditaciones más exigentes del mundo en cuidado animal, como la American Humane (AH), la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), la Asociación de Zoos y Acuarios americana (AZA), la Ibérica (AIZA) y la Asociación Europea de Mamíferos Marinos (EAAM).
Los animales son los embajadores de su especie
Los animales que habitan en el Oceanogràfic son los embajadores de la conservación de sus congéneres en el medio salvaje. Quien haya visitado el centro habrá conocido a Kylu, la cría de beluga, que este año celebrará su séptimo aniversario.
Considerado un “milagro” para la ciencia, Kylu es toda una oportunidad para la comunidad científica y forma parte de importantes líneas de estudio -como la investigación de su sistema respiratorio e inmunológico o la capacidad de comunicación con su madre, Yulka- que se han abierto desde la Fundación y que únicamente se pueden ejecutar en centros muy controlados como el Oceanogràfic.
El trabajo que se lleva a cabo con Kylu es el más ejemplarizante de las labores de investigación, pero a lo largo de estos veinte años se han registrado un gran número de actividades y trabajos de investigación y conservación con otras especies como delfines, tortugas o leones marinos.
ARCA del Mar
El proyecto más destacado de conservación es el Área de Recuperación y Conservación de fauna marina –ARCA del Mar-.
Desde la apertura del Oceanogràfic se ha colaborado puntualmente en casos complejos vinculados con los animales del mar. Su implicación ha progresado con el paso de los años y es en 2007 cuando se pone en marcha el ARCA y se empieza a registrar el ingreso de tortugas para su recuperación y suelta al mar.
Con el Centro de Recuperación, y a través de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana, se intensifica la labor de atención de animales que aparecen heridos o varados en la playa, gracias también a la implicación de los pescadores. De hecho, ya son más de 700 las tortugas marinas que se han recuperado en el “hospital” de fauna marina del acuario de València.
Inspirando vocaciones en las nuevas generaciones
La investigación y la conservación se complementan con la divulgación y la educación ambiental. Son más de dos millones los escolares que han participado de la oferta educativa y de las actividades divulgativas que ha llevado a cabo el acuario en sus 20 años de historia.
Con el objetivo de transmitir la labor de protección de mares y océanos, el Oceanogràfic cuenta con una amplia programación como son los “viajes educativos”, los cursos universitarios, los seminarios y los encuentros con escolares y miembros de la comunidad educativa.
Unas actividades a las que hay que añadir las acciones destinadas a la formación del profesorado y las sinergias y colaboraciones con entidades y organizaciones externas que comparten los mismos valores de protección de la biodiversidad marina, todo ello con un marco de acción centrado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Descubriendo 200 millones de años en un día
Este año, el Oceanogràfic centra su estrategia en las tortugas, que se muestran y distribuyen en muchas de las instalaciones del centro.
El recinto acerca así los más de 250 ejemplares de tortugas terrestres, marinas y de humedal a los visitantes durante todo el recorrido, con el objetivo de crear conciencia sobre su vulnerabilidad y conseguir cambiar conductas medioambientales.