El ‘Bowie’ de Jesús Arrúe tiene nueva casa, esta vez definitiva. L’ETNO Museu d’Etnologia de la Diputació de València acoge desde este lunes el icónico grafiti pintado entre mayo y junio de 2019 en un muro de la calle Corona, junto al antiguo estudio de pintura de Arrúe. Las obras de rehabilitación del edificio amenazaban la integridad de una obra que se ha convertido en pieza emblemática del arte urbano y el patrimonio cultural de la ciudad, por lo cual fue instalado de forma temporal en el Centre del Carme, de donde se ha trasladado a L‘ETNO, en el Centre Cultural la Beneficència, tras recibir miles de visitas.
El diputado de Cultura, Paco Teruel, celebra que el popular grafiti de ‘Bowie’ “tiene al fin una ubicación definitiva y a escasos metros de donde fue pintado en origen por Jesús Arrúe”.
El grafiti se exhibe en la sección ‘Ciudad’ de la exposición ‘No es fácil ser valenciano/valenciana’ de L’ETNO. El director del museo, Joan Seguí, señala que la instalación de la obra “contribuye a mantener nuestra exposición viva y en constante renovación. Las muestras permanentes explican los museos de una forma estable, pero también funcionan como contenedores de nuevas propuestas que enriquecen y actualizan la muestra”.
Tanto el ‘Bowie’ como su creador, Jesús Arrúe, “están directamente relacionados con el fenómeno urbano y con nuestra exposición, en la que se exhiben grafitis creados por La Nena Guapa, David Limón o Toni Espinar. Los muros de la ciudad son espacios informales de creación que interesan a L’ETNO porque ayudan a explicar la sociedad tradicional en clave de actualidad”.
Fan número uno de Bowie
El traslado de la pieza a L’ETNO, mejor museo europeo de 2023, “representa un hito cultural que aúna la expresión artística urbana con la identidad y las tradiciones valencianas”, destaca el propio artista, Jesús Arrúe, quien se declara “el fan número uno de David Bowie, que junto a Madonna han sido grandes fuentes de inspiración de mi carrera artística, se podría decir que mis musas”.
El grafiti es una pintura figurativa de carácter expresionista, al estilo del artista, intervenida con una técnica cuidada empleando pintura y acrílicos. En palabras del artista, “es un homenaje a la música de los ochenta, a lo que era el barrio del Carmen antes, donde había una mezcla de tribus urbanas en plena efervescencia: los punks, los hippies y los mods. Es un tributo a mi barrio y en general a la música, que para mí representa Bowie».