El niño de 22 meses que se atragantó el lunes en una guardería de Benimàmet ha fallecido. El pequeño se encontraba hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) de La Fe bajo una muerte cerebral.
El niño había ingresado con pronóstico reservado hasta que se determinó su muerte cerebral. Desde entonces ha permanecido conectado a un respirador para proceder a la donación de órganos ya que los padres han apostado por ayudar a otros pequeños que puedan requerir de un trasplante para sobrevivir.
Los hechos ocurrieron el lunes a primera hora de la tarde, cuando el niño estaba merendando en una guardería privada de la pedanía de Benimàmet. Fue en un momento en el que el pequeños se encontraba masticando un trozo de pan con aceite y sal cuando se atragantó y saltaron las alarmas.
Una de las cuidadoras colocó al menor en posición lateral de seguridad y alertó tanto al 112 como a la madre puesto que estaba expulsando gotas de sangre tanto por la nariz como por la boca. Hasta la guardería se desplazó urgentemente un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) junto a tres patrullas de la Policía Local. A pesar de las maniobras de reanimación, el niño casi no respiraba por obstrucción de la tráquea a causa de las migas de pan. Fue finalmente una policía que poseía conocimientos de primeros auxilios quien practicando un masaje logró que expulsara el trozo atragantado.
El menor requirió 20 minutos de maniobras de reanimación para mantener sus constantes vitales. Tras ello, el niño fue trasladado en ambulancia al hospital La Fe. Una patrulla policial les abrió paso y otros agentes cortaron algunos cruces de tráfico para facilitar la movilidad.