La Biennal de Mislata Miquel Navarro 2025 se ha inaugurado este pasado viernes 12 de diciembre en el Centro Cultural Carmen Alborch, con una edición centrada en el arte contemporáneo y el compromiso social. La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 27 de febrero de 2026, reúne diez obras finalistas seleccionadas entre más de ciento cincuenta propuestas presentadas a la convocatoria bajo el lema “Pasados activos”
La Biennal de este año plantea una reflexión sobre cómo la memoria histórica, social y colectiva sigue influyendo en el presente. A través de distintos lenguajes artísticos, las obras abordan cuestiones como la resistencia, la identidad, el territorio o la recuperación de historias silenciadas, utilizando el arte como herramienta de pensamiento crítico.
Diez propuestas seleccionadas entre ciento cincuenta
Las diez propuestas seleccionadas fueron las de Pablo Bellot, Anja Krakowski, Biel Llinàs, Claudia Pastomás, Jordi Ion, Olalla Gómez, Maria Tinaut, Escif, Mery Sales y Patricia Gómez junto a María Jesús González. Todas ellas abordaron, desde perspectivas muy distintas, el concepto central de esta edición, reflexionando sobre la memoria y su influencia en el presente.
El comisario de la Biennal, Álvaro de los Ángeles, subrayó la dificultad del proceso de selección y aseguró que “ha sido muy difícil la elección de las diez obras”, debido al alto nivel de las propuestas presentadas. Según explicó, la decisión del jurado se basó tanto en la calidad formal de las propuestas como en su capacidad para generar reflexión y diálogo.
Las obras premiadas
De las diez obras finalistas, dos fueron reconocidas con los Premios de Adquisición, dotados con 6.000 euros cada uno, mientras que las ocho restantes recibieron una ayuda económica de 500 euros, de carácter simbólico, por haber sido seleccionadas entre las mejores propuestas de esta edición y para cubrir las necesidades generadas por la participación.
Las dos obras reconocidas con los Premios de Adquisición fueron Herida de barro, de Mery Sales, y Albergue para obreros, de Patricia Gómez y María Jesús González. Ambas piezas pasaron a formar parte de la colección pública del Ayuntamiento de Mislata, reforzando su reconocimiento y el patrimonio artístico municipal.
Herida de barro de Mery Sales, partió de la tragedia provocada por la Dana de 2024 para transformarla en una memoria activa y colectiva, utilizando el barro como elemento simbólico y físico de la obra. A través de este material, la obra reconoce el impacto humano y emocional de la catástrofe y homenajea a quienes vivieron sus consecuencias directas. La pieza convierte el daño en memoria colectiva, subrayando la importancia de no olvidar y de mantener vivo el recuerdo como forma de reconocimiento y respeto hacia las víctimas y sus comunidades.
Por su parte, Albergue para obreros, de Patricia Gómez y María Jesús González, se centra en la recuperación de la memoria de la población trabajadora vinculada a la construcción del pantano de Benagéber durante los primeros años del franquismo. El proyecto aborda la reparación simbólica de estos espacios y relatos históricos mediante la intervención artística y la conservación de sus huellas materiales.
Con esta edición, la Biennal de Mislata Miquel Navarro vuelve a consolidarse como una iniciativa cultural de referencia, apostando por un arte comprometido que utiliza el pasado como una herramienta activa para comprender el presente y generar pensamiento crítico.













