El artista Miquel Navarro en una de sus exposiciones.
El artista Miquel Navarro en una de sus exposiciones.

La galería 3 del IVAM reúne hasta el 31 de mayo la exposición ‘Caso de estudio. El gabinete secreto’ de Miquel Navarro, un doble proyecto que agrupa las obras de pequeño formato del artista valenciano junto con piezas de su propia colección y una intervención específica en la fachada del museo que completa la muestra.

A lo largo de la exposición máscaras y fetiches africanos, objetos arqueológicos, juguetes, molduras barrocas y cactus de las colecciones privadas de Miquel Navarro conviven con algunos de los bocetos, acuarelas y terracotas del artista que se conservan en el IVAM.

La exposición permite recorrer la trayectoria de Miquel Navarro a través de sus intereses y obsesiones, que aluden al deseo con un componente erótico. La muestra establece, así, relaciones entre los objetos de sus colecciones y sus obras de pequeño formato.

Exposición ‘El gabinete secreto’ de Miquel Navarro en el IVAM.

‘El gabinete secreto’ de Miquel Navarro se completa con una intervención específica en la fachada por parte del artista con una imagen inédita de 1972 que se enmarca dentro del programa ‘IVAM Produeix’.

Esta exposición quiere construir un gabinete secreto, como los que aún quedan en algunos museos arqueológicos, en los que los dibujos de Miquel Navarro convivan con piezas de arte africano o con obras de arte antiguo, todas con un componente erótico, que ayuden también a contextualizar algunos de sus intereses más directos.

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Piezas de arte africano de la obra de Miquel Navarro.

ASÍ ES LA OBRA DE MIQUEL NAVARRO

Miquel Navarro (Mislata, 1945) formó parte del grupo de artistas que a finales de los años 70 renovó el lenguaje de la escultura. Sus grandes instalaciones de ciudades hacen referencia al modo en el que estos espacios pueden convertirse en símbolos de poder, son lugares que acogen pero que también participan de la autoridad que domina y controla. Algo similar sucede con sus tótems monumentales, máquinas antropomorfas, son a la vez deidades protectoras y dioses amenazantes.

Sin embargo, en sus dibujos, esta dimensión supuestamente universal se hace íntima. Sus acuarelas resultan más inmediatas y responden a lo que él mismo ha definido como “el fluir de la vida”.

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Muchos de sus dibujos tienen un claro componente erótico que no ha sido lo suficientemente destacado en las exposiciones que se han hecho de su obra. Son obras que hablan del deseo, un deseo que se resuelve, en ocasiones, en placer, pero también un deseo que hiere, que pincha, como se evidencia en los falos y las vulvas cactus que aparecen en algunos de sus dibujos.