La música vuelve a tender la mano a la solidaridad. Este sábado 28 de junio, el Estadio Ciutat de València acogerá un concierto benéfico protagonizado por Melendi, con el objetivo de recaudar fondos para la reconstrucción de diez escuelas infantiles de 0 a 3 años arrasadas por la DANA que azotó Valencia en octubre.
El 100 % de la recaudación se destinará a la rehabilitación de centros educativos ubicados en las localidades de Catarroja, Paiporta, Aldaia y Alfafar, a través de la Fundación Horta Sud, entidad que lidera la coordinación del proyecto junto a Riff Producciones y Territorio Musical.
Las escuelas beneficiadas son: L’Escoleta de Maru, Mi Primer Cole, Bubbo, El Parotet, Xip i Xop y Alas Montessori en Catarroja; Menuts y Mamá Pato en Paiporta; Angelets en Aldaia; y Samaruc en Alfafar.
Además del concierto principal, el evento contará con la participación como teloneros de tres bandas valencianas también afectadas por la riada: Niuss, Novembre Elèctric y Alejandro y María Laura. Estos grupos, que perdieron equipos e instrumentos durante las inundaciones, recibirán apoyo para retomar su actividad artística, en lo que los organizadores han calificado como «un paso importante para su reactivación profesional».
¿Cómo colaborar en la causa?
Para quienes no puedan asistir pero deseen contribuir a la causa, se ha habilitado una Fila 0 a través de las plataformas Enterticket y Tickelio, donde también pueden adquirirse las entradas para el concierto. «Mi equipo y yo sentimos la obligación moral de ayudar. Con este evento queremos mostrar nuestro cariño y apoyo a las zonas afectadas», ha señalado Melendi en un comunicado.
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La iniciativa cuenta con el respaldo de la Valencian Music Office y la Federación Valenciana de la Industria Musical (FEVIM), y se suma a otras acciones solidarias impulsadas recientemente por artistas como Manolo García y Bryan Adams, quienes también han contribuido a paliar los efectos de la DANA a través de la música.
Este sábado, el escenario se convertirá en símbolo de reconstrucción y esperanza. Porque cuando la música suena por una buena causa, cada nota cuenta.
